martes, 28 de diciembre de 2010

MIEDO

Este capitulo me ha costado escribirlo mas que cualquier otro, espero lo disfruten y lamento la tardanza tube problemas con mi internet.

capitulo 14

POV…Alec Vulturi

MIEDO

Jamás en mi existencia imagine que algo así me sucedería a mí, que ese sentimiento de amor llenaría mi ser, creí que seria siempre el guardia Vulturi que todos temían, pero eso cambio cuando la conocí, ella, Tanya, mi Tanya, con ella todo en mi vida cambio, como si hubiera despertado de un sueño profundo, una pesadilla, de la que creí, no despertaría nunca, gracias a ella mi ser renació de las tinieblas mas oscuras, me hizo sonreír, y ver las cosas hermosas de la vida; hacia no menos de cuarenta y ocho horas que se había ido y ya la extrañaba, la había llamado alrededor de la una de la tarde y me había quedado preocupado por lo que me dijo, pero intentaba no pensar en ello, porque si me concentraba demasiado en el pensamiento seria capaz de rogarle a mi señor Aro que me dejara ir a Denali, y eso seria algo que no me aprobaría, él estaba un poco molesto conmigo por mi reciente actitud, pero no podía evitar sentirme así por ella.

Recordé aquel día que mi vida cambio, cuando la vi por primera vez en la fiesta que organizo el líder Vulturi.

Solo voltee porque había escuchado la mención de mi nombre, para encontrarme con su mirada, sus hermosos ojos dorados me miraban fijamente, tímidos y al mismo tiempo seductores, la observe de pies a cabeza, toda ella era perfecta, sus rizos color fresa jugaban con el viento, y su esbelto cuerpo se amoldaba al vestido que traía, el color de este, combinaba con su blanca piel, su rostro; si no fuera porque es un ser inmortal habría jurado que se sonrojaba al verme, era totalmente hermoso, sus labios delineados y su nariz perfilada la hacia parecer un ángel, un perfecto ángel, la vampiresa que se encontraba a su lado, se alejo de ella y el único impulso que yo sentía era de caminar a donde se encontraba, así que eso hice.

-Hola- la salude y extendí mi mano en un gesto amable, al verla mas de cerca recordé que ella era una Denali, pero no sabía cual de todas era, decidí presentarme.

-Soy Alec Vulturi, tu eres una Denali ¿cierto?- le dije sonriendo, debía admitir, que por primera vez en mi existencia me sentía algo nervioso.

-Si, Tanya, Tanya Denali-me respondió ella, yo seguía observándola, y me di cuenta de que también estaba nerviosa

-Si me permites el cumplido, estas muy hermosa- le dije, para relajar un poco las cosas, pero realmente ella se veía muy nerviosa, y yo pensaba que ese estado de ánimo no era posible.

-Gracias- me dijo ella bajando la mirada

-¿Te gustaría Bailar conmigo?- le propuse, e intente actuar lo mas casual posible, ella acepto y me sonrío, ver su sonrisa fue un espectáculo, se veía aun mas hermosa de lo que ya era, yo no pude evitar sonreírle también, muchos pensamientos empezaron a llenar mi mente, empezando porque me sentía totalmente extraño, empezaba a sentir algo por ella y me gustaba, pero me asustaba al mismo tiempo, para lo que sucedió después, yo como un completo idiota la deje a mitad de la pista cuando nuestros labios estaban tan cerca que llegaban al roce, esa fue la primera vez que la tuve tan cerca de mi.

Recordarlo me hizo sonreír, y recordar lo que paso después me agobiaba un poco, mi hermana y mis dos amigos, Felix y Demetri, empezaron a fastidiarme con eso, aunque me importaba muy poco lo que me dijeran; mi hermana estaba en descontento por lo que había hecho, pero al final termino por entender que era lo que yo deseaba, ella me quería  y solo se preocupaba por mi. Después de que me fui de la fiesta toda la noche y el resto del día no podía dejar de pensar en ella, llevaba su aroma grabado en mi memoria, así que decidí salir a buscarla, pensé que tendría mucha suerte si la encontraba, tal vez y ya se habría ido, esperaba que no, encontrarla en aquel parque me hizo sentir aun mas feliz, y sentir sus labios contra los míos el vampiro mas dichoso y feliz sobre la faz de la tierra, lo que sentía por ella se hacia cada vez mas fuerte y estar lejos de Tanya, se me estaba haciendo imposible, me puse a rememorar aun más para distraerme, y recordé las tediosas dos semanas que estuvimos separados, yo debía quedarme por Aro, y para ir a verla tenia que explicarle y contarle todo lo que me sucedía, aunque el ya sospechaba algo, por mis misteriosas salidas sin decirle a nadie a donde iba.

-Maestro, debo pedirle algo- le dije bajando la mirada, sabía que debía mostrarle mis pensamientos, el extendió su mano sin decir una sola palabra, yo coloque mi mano sobre la suya y espere a que viera todo lo que había pasado, lo que había pensado, sentido y hecho, después de unos minutos, abrió los ojos y me soltó la mano.

-¿Quieres que te deje ir a Denali?- me pregunto, sabiendo lo que le respondería.

-Si mi señor, por favor- le dije, esperando a que aceptara.

-Esta bien, puedes ir-me dijo sonriendo, me sorprendí mucho de que aceptara tan rápido, pensé que me diría que no.

-¿En serio?- le pregunte asombrado.

-Si, pero solo por tres días, después de veras volver- me explico, y yo no me queje, después de todo había tenido mucha suerte con que accediera, así que asentí sin protestar, ya resolvería mas adelante.

-Partiré mañana- le informe y el solo asintió y me sonrío.

En serio me había sorprendido su aprobación, pero me hizo sentir realmente feliz de que lo hiciera, ver a Tanya después de esas dos largas y fastidiosas semanas fue lo mejor que me paso, tenerla cerca de mi, poder besarla de nuevo, y decirle que la amaba y ella a mi me hizo sentir el vampiro mas dichoso en la faz de la tierra.

Deje de recordar y camine con paso lento hacia donde me imagine que estaba mi hermana, y ahí la encontré, estaba sentada en un mueble, pensando, o eso me imagine que hacia, siempre se ponía así cuando quería pensar, me senté a su lado y no pude evitar suspirar muy fuertemente, ella me miro con recelo.

-Te desconozco hermano, ¡tu suspirando!- exclamo y se rió.

-Yo también me desconozco hermana, pero que puedo hacer- no lo dije como una pregunta sino como una afirmación.

-Solo espero que no cambies tanto, ya sabes, ese vampiro malvado-me miro con cara malévola- ese que acecina sin piedad- dijo y se echo a reír.

-Hermana yo no acecino sin piedad, esas son otras- dije mirándola fijo.

-¿Yo?- me pregunto levantando una ceja- yo no mato, torturo- y esbozo una enorme sonrisa, a mi hermana la amo, pero a veces es algo molesta, aunque claro ese es su trabajo.

Le sonreí- boba-le dije y me abalance sobre ella, Jane me empujo poniendo mala cara y torciéndome los ojos.

-Fuera de aquí-dijo poniéndose de pie y tomándome por el brazo, prácticamente empujándome para sacarme de la habitación, yo solo podía reírme por su actitud, salí del lugar y busque a Felix y a Demetri, necesitaba hacer algo o me desesperaría, no saber de mi Tanya me volvía loco; los busque donde la mayoría de las veces siempre andaban, haciendo niñerías, ellos siempre daban a ver una imagen muy diferente a la que realmente era de ellos, parecían muy serios y malos, pero mas en confianza eran unos idiotas, aun así los consideraba mis amigos, camine escaleras abajo y los busque, al final los encontré en una de las tantas habitaciones que tiene el castillo Vulturi, estaban matando el tiempo, como siempre que no tenían nada que hacer, avance hacia ellos y me quede parado allí observándolos.

-Ey Alec, ¿Cómo estas?- saludo Felix.

-Bien, ¿Qué hacen?- pregunte.

-Alec, aquí nada aburriéndonos- me dijo Demetri, y se echo a reír.

-¿Y Tanya, ya te dejó?- me pregunto Felix con cara divertida, y aguantando la risa, yo lo mire con cara de pocos amigos

-No-le dije serio-¿Qué no sabes que se fue a Denali, a resolver unos asuntos?- le pregunte.

-Mmm… interesante, no lo sabia- me respondió, poniendo cara de bobo interesado.

-Jamás me imagine que Alec tuviera una novia-comento Demetri, y yo le lance una mirada acecina-No me malinterpretes, me refería que cuando la tuvieras no pensé que seria precisamente una Denali.

-Si es raro-dijo Felix.

-La verdad yo tampoco, pero me alegra no haberla conocido en circunstancias anteriores, si la hubiera conocido dos años atrás, viéndola ahí en el campo de batalla, apoyando a su familia y contra la mía, mi existencia se hubiera complicado bastante-ellos se miraron entre sí, y se rieron a carcajadas, quería acecinarlos en ese momento.

-Lo siento Alec-me dijo Felix- es que no pensé oírte decir eso nunca, en serio me siento feliz por ti-me explico y me sonrió.

-Gracias Felix-le dije y asentí una sola vez, esbozando una sonrisa, me di media vuelta y me dispuse a salir de la habitación.

-¿A dónde vas Alec?-me pregunto Demetri.

-Por ahí, ya vengo-le dije, para evadirlo, no quería darle muchas explicaciones, él solo dijo “OK” y Felix se limito a verme salir, camine hasta las afueras del castillo, dada la hora las calles no estaban muy concurridas de humanos, a esta hora no solían salir, pero de todos modos tuve que caminar a su ritmo, quizá solo un poco más rápido, camine con la cabeza agachas para que no se encontraran con mi mirada, con mis ojos color escarlata, avance toda la calle principal hasta llegar a la autopista, la calle se encontraba vacía, así que me fue mas fácil el cruzar, empecé a correr, a sentir el viento en mi cara, recorrí el camino que, la ultima vez no lo había hecho solo, como tantas veces, la última vez lo hice con ella, con mi Tanya, la mujer de mi vida, o mas bien de mi existencia, mi vida la había perdido hace mucho, pero eso me importaba muy poco, sentía que había recuperado parte de ella cuando Tanya entro a mi corazón, ahora él le pertenecía, mi corazón que estaba muerto y de la nada volvió a la vida gracias a ella, le pertenecía totalmente, al igual que yo.

Seguí corriendo hasta llegar al ya conocido claro, camine directamente hasta el gran árbol, y me senté debajo de el, a pensar, a intentar distraerme, pero no daba resultado, todos mis pensamientos desembocaban en Tanya, me costaba mucho concentrarme, ella ocupaba todos mis pensamientos, mire hacia el  bosque, se acercaba el crepúsculo, faltaban aproximadamente dos horas para ello, me sorprendió lo rápido que pasaron las horas, no me había dado cuenta de ello, lo malo es que debía regresar, pero mi cuerpo no se movió de donde estaba, en ese instante mi celular sonó, el teléfono que tenia lo usaba muy poco, en realidad casi nunca, pero desde que Tanya se fue a Denali, lo cargaba conmigo, me sentí como un tonto la ultima vez que ella se había ido no se me ocurrió darle mi numero o pedirle el suyo, en fin, saque el celular de mi bolsillo y mire el identificador de llamada, era un numero internacional, pero no lo reconocí.

-Hola-dije, esperando que me respondiera.

-¿Alec, eres tu?-me pregunto una voz de mujer, que no reconocí, se escuchaba desesperada y algo agitada.

-Si, soy yo, ¿Quién habla?-pregunte.

-Habla Kate, la hermana de Tanya-me dijo muy apresuradamente, empecé a sentir un extraño presentimiento.

-Hola Kate, ¿Qué pasó?- pregunte directamente, sabia que había una razón para que ella me llamara de esa forma- ¿Dónde esta Tanya?

-Veras es que…-se enredaba en las palabras, y no le salía lo que tenia que decir, espere un minuto impaciente a que hablara- ay mejor que te lo diga Carmen- soltó y escuche un silencio al vacío, me quede allí, esperando a que me hablara otra voz de mujer, pero en su lugar me hablo una voz diferente.

-Alec, soy yo Eleazar- dijo saludando.

-Hola Eleazar, ¿Qué ha pasado?- pregunte, estaba demasiado nervioso.

-Te lo resumiré, no se como te caiga lo que te diré, pero bueno aquí voy-dijo y suspiro, me empezaba a preocupar demasiado- a Tanya se la llevaron unos vampiros-dijo de sopetón, me quede frío con lo que me dijo, mis ojos se abrieron de golpe, y me llene de ira, miedo, preocupación, apreté mis puños con fuerza, tanto que el celular empezaba a quejarse, casi rompiéndose, los relaje, no quería cortar la comunicación.

-¿Cómo?, explícate Eleazar, ¿Qué le paso a Tanya?- casi grite, lo único que deseaba era salir corriendo a Denali y buscarla.

-Peleábamos con unos vampiros, y luego llegaron más y ella hizo un trato con ellos-dijo hizo una pausa y después agrego: ella a cambio de que nosotros estuviéramos a salvo- mi ser se vino abajo con esa frase, simplemente no aceptaba perderla.

-Iré para allá Eleazar- dije y colgué, sin esperar a despedidas, Salí corriendo de nuevo en dirección al castillo, esperaba que Aro me diera permiso, sino me desesperaría por completo, tenía demasiado miedo de lo que pudiera sucederle a mi Tanya, no entendía lo de los vampiros,¿que querían de ella?, no se me ocurría nada, lo único que esperaba era que estuviera bien, camine por las calles sin importarme si iba demasiado rápido o no, debía intentar controlarme, pero me era demasiado difícil,-Cálmate Alec- me dije a mi mismo, pero simplemente no podía, me volvería loco si no llegaba pronto a Denali. Entre apresuradamente al castillo, directamente a donde se encontraban Aro, y los demás.

-Maestro, debo pedirle un gran favor-dije rogando a que me dijera que si.

-Dime Alec-me dijo él, y Marco y Cayo me miraron.

-Necesito que me deje ir a Denali de nuevo.

-¿Por qué, Tanya no volverá?-pregunto.

-Ha surgido un problema-le dije y extendí mi mano para que viera mis recuerdos, no tenia ganas de contárselo, el asintió y tomo mi mano.

-Ya veo-dijo, cerrando los ojos, y abriéndolos de nuevo- esta bien puedes irte-dijo sonriendo, me estaba sorprendiendo demasiado la actitud de Aro, habitualmente el no era así.

-Gracias Maestro-agradecí y me dispuse a salir de allí, lo mas pronto posible, los demás lo miraron expectante, me importaba muy poco lo que pensaran ellos, yo solo seguía ordenes de Aro, camine rápidamente por el pasillo que me conduciría a llegar al aeropuerto mas cercano, pero me detuvo la voz de mi hermana.

-¿Hermano a donde vas?- me dijo, me di vuelta para quedar frente a la pequeña vampiresa.

-Iré a Denali-le dije.

-¿Aro sabe?- me pregunto, y me miro expectante, yo asentí.

-Si, me acaba de dar el permiso-le explique.

-¿Qué paso, por qué vas a Denali?

-Sucedió algo con Tanya-dije sin dar muchas explicaciones, no tenia ni ganas ni tiempo, ella puso cara dudosa.

-Cuídate ¿si?

-Lo Hare- dije y le sonreí, ella me abrazo, y yo correspondí a su abrazo, la solté, le dedique una ultima mirada de despedida y me fui.

Camine hasta las afueras de la zona, recordé que no había salido de caza, la ultima vez que Heidy trajo humanos no quise, y pensar que estaría siete horas metido en un avión lleno de personas me hacia sentir lastima por ellos, debía cazar antes de abordar, la sed me mataba y no seria capaz de aguantar; escuche los pasos de tres humanos que caminaban por la carretera, me oculte y espere a que se acercaran lo suficiente, al parecer, cuando pude divisarlos me di cuenta de que estaban ebrios, -la presa perfecta-, pensé, nadie notaria que tres vagos ya no estaban en el mundo, su sangre no era tan apetecible, estaba hasta el tope de alcohol y eso la hacia saber amargo, pero aun así con la prisa que llevaba no me importo, cuando estuvieron lo suficientemente cerca, me abalance sobre ellos, adentrándolos al bosque que estaba alrededor de la carretera, e hice que perdieran la conciencia, no tenia ganas de perseguirlos, deje que la sed me dominara, mordí al primero de ellos, y saboree la sangre que pasaba por mi garganta, aplacando el ardor intenso que sentía, lo hice rápido porque tenia mucha prisa, termine con uno y fui por los otros dos, su sangre era amarga como lo había predicho, pero me conformaba, con ellos tres aguantaría las horas en el avión, escondí los cuerpos vacíos, para asegurarme de no tener problemas con Aro, y seguí mi camino.

Tal vez tomar un auto hasta el aeropuerto se me hubiera hecho más sencillo, pero con todo lo que tenia en la cabeza se me paso por alto, llegue al aeropuerto y pedí el primer vuelo hacia Denali, use la persuasión para que la chica del mostrador me los vendiera, aborde el avión a las nueve de la noche, ahora lo único que tenia que hacer era esperar siete largas, tediosas y angustiantes horas en el avión.

El lugar estaba lleno de olores de humanos, pero distraerme seria muy fácil si me ponía a pensar en Tanya, tenia demasiado miedo, miedo por ella, por lo que pudiera sucederle, tenia miedo de no volver a verla, a sentirla entre mis brazos, a no volver a besar sus labios, ni a ver sus ojos dorados perdiéndose en mi, me rehusaba a perder todo eso, no ahora que la había encontrado; no terminaba de entender para que la querían esos vampiros, recordé la llamada que le hice, Tanya me lo dijo, me hablo sobre cuatro vampiros, pero no me dijo que la querían a ella, tal vez no lo sabia, no la creo capaz de mentirme, también me rondaba por la cabeza la extraña actitud de Aro, el no era de los del tipo comprensivo, y menos con la reciente falta que había cometido, empezando por como recibió a Tanya de una manera que ni yo me esperaba, la acepto demasiado bien para los anteriores problemas que habían tenido entre ellos, y no me había dicho nada por mi error al llevar a Tanya a la misión sin permiso y por lo mal que salio, ni un regaño, ni un sermón, ni siquiera una advertencia, nada; y ahora me dejaba ir a Denali, sinceramente su actitud me estaba asustando un poco.

Las tediosas horas en el avión me abrumaban, a mi lado tenia a una chica, ni siquiera la vi, pero ella si me miraba a mí, demasiado, me imagine que ella deseaba que yo la mirara, pero eso seria un grave error, se encontraría con mis ojos, y detrás de ellos la sed que emanaban, para ella seria un grave error si quiera el que yo estuviera demasiado cerca, podía sentir su corazón latiendo, y su sangre fluyendo por su cuerpo, intente controlarme, muy pocas veces me encontraba rodeado de humanos, siempre estoy en el castillo, y solo me les acerco cuando voy a comer, por eso me costaba tanto estar estable, ni siquiera con los tres humanos que tome antes de subir, la sed estaba presente siempre y para un vampiro como yo aun mas, admiraba la abstinencia de mi Tanya, era increíble como podía estar tan cerca de un humano sin matarlo, eso me hizo sonreír, y la chica a mi lado tembló, me pareció gracioso que lo hiciera, pero no me reí, solo esperaba impaciente a llegar.

Llegue al aeropuerto casi para el amanecer, me encontraba en el aeropuerto de Anchorage, y debía conducir hasta Denali, pero no tenia auto, pensé en tomar uno “prestado”, así que camine varios kilómetros y tome un auto que vi, no era muy rápido, pero tampoco era demasiado lento, conduje lo mas rápido que el auto pudo, por ser de madrugada las calles se encontraban libres, así que me movilice mas rápido, me llevo solo media hora de viaje, y llegue a Denali casi para la salida del sol, que extrañamente salía en ese Estado, conduje por el camino zigzagueante hasta la blanca casa que se confundía con el paisaje, estaba nevando, pero la nieve aun no tocaba el suelo, los pequeños copos de nieve se derretían en el aire, me supuse que sintieron mi presencia, Kate, la hermana de Tanya me esperaba en la entrada, baje apresuradamente del auto, y avance hacia ella.

-Hola Alec-saludo.

-Hola Kate-dije, y ella me hizo pasar, reconocí la estancia, en la que ya había estado antes, ella me condujo por las escaleras, haciendo que caminara por un pasillo hasta llegar a una habitación, el lugar parecía la oficina de una empresa, y no cualquier oficina, parecía la oficina del jefe, del dueño de la inversión, tenia una enorme mesa alargada con sillas a su alrededor, se notaba que la madera era de buena calidad, parecía roble, tenia un enorme ventanal, que dejaba ver hacia el bosque, era una linda vista; la habitación tenia cuadros de cada uno de los Denali, y reconocí a Tanya, que estaba en el medio de los cinco cuadros, el lugar también estaba lleno de vampiros; el resto de los Denali y los Cullen, note que no estaban todos los Cullen completos, faltaban dos vampiresas y la hija de Edward y Bella.

-Hola Alec-me saludo Eleazar, y todos hicieron lo mismo, los salude y recorrí el lugar de nuevo, pero no estaba la persona que buscaba, ni aquí ni en todo el resto de la casa.
-Explíquenme que fue lo que sucedió exactamente- exigí saber. 

-Veras Alec,-me habló Edward- ayer en la noche y hasta la madrugada, estuvimos persiguiendo a cuatro vampiros-lo interrumpí para decir:

-Si Tanya me los menciono por teléfono-dije e hice amago para que siguiera hablando.

Él asintió y continuo- bueno al principio pensamos que estaban aquí por una razón diferente a la que en realidad era, ellos-dijo señalando al clan Denali-creyeron que estaban aquí por territorio, o eso les hicieron creer, pero ese no era su objetivo.

-Querían a Tanya- concluyó Carlisle.

-¿Para qué?- pregunte.

-No lo sabemos-dijo Eleazar.

-Estos vampiros, no sabían para que era necesaria ella-me explico Edward- el único que sabe, es un vampiro llamado Kevin, y aun así no pensó mucho en lo que sabia, al parecer había oído hablar de nosotros y supo que hay un vampiro lector de mentes, lo que no sabia era quien.

-¿Qué fue lo que pensó ese vampiro?- pregunte.

-No mucho, lo único que me sirve es que trabaja para un tal Friedrich- el nombre me hizo eco en la mente, mis ojos se abrieron de repente, no, no podía ser el mismo, ese licántropo maldito, no podía ser.

-¿Lo conoces?- me pregunto Edward leyendo mis pensamientos, no pude responderle.

-¿Alec lo conoces?- me pregunto Carmen.

-No se, no se si es el mismo- lo mato, lo mato, lo mato; era lo único en que pensaba, si ese idiota le hacia algo a Tanya.

-Cálmate- me indico Edward, pero no podía, quería salir corriendo a buscar a mi Tanya- se que quieres eso, pero debes pensar, primero debemos buscar al tal Friedrich, aun no sabemos si es la misma persona.

-¿Qué es Friedrich, Alec?- me pregunto la vampiresa pequeña que se encontraba al lado de uno de cabellos rubios, me supuse que era Alice.

-Un licántropo- Bella reacciono al escucharme decir lo que era.

-No es de los que crees Bella-le explico Alice- es un hijo de la luna, ¿cierto?- pregunto mirándome.

-Si-afirme-es un hijo de la luna, duro de matar, he tenido muchos encuentros con él y no he podido acabarlo. 

-¿Lo conozco, Alec?- me pregunto Eleazar, yo negué con la cabeza.

-No, no lo conoces, a él lo encontramos casi un siglo después de que te fueras, así que como imaginaras tiene bastante.

-¿Y no han podido acabarlo?- pregunto y rió- debe ser un hueso duro de roer.

Yo sonreí, pero no sentí ni una pizca de alegría o emoción al hacerlo- no, solo es un cobarde, siempre que se ve indefenso se oculta tras sus perros guardianes, por eso no he podido matarlo, pero espero y eso acabe pronto, si tiene que ver con esto, lo matare, no mas juegos.

-Das miedo- dijo Kate, y pude notar que no había nada gracioso en su tono, debo admitir que si me lo proponía podía dar mucho miedo, pero no tenia ni ganas ni tiempo y me sentía demasiado preocupado para jugar ahora.

-Suponiendo que es el mismo-dijo Carlisle- ¿Dónde podemos encontrarlo?-pregunto.

-Exactamente no lo se, pero si se que esta en Europa-explique.

-Tal vez en Italia- supuso el vampiro rubio.

-No creo que sea tan tonto-dije.

-No sabemos que es lo que quiere-me dijo y luego volteo a mirar a Alice- amor, ¿no puedes ver nada?-le pregunto, ella negó con la cabeza.

-No, aun no-le dijo.

-Si esta en Italia, ¿Qué estamos haciendo aquí?- dijo Kate- Carmen, Eleazar, Garret, tu y yo-dijo señalándome- nos vamos a Italia ya; Carlisle,- dijo volteando a mirarlo- te agradezco todo lo que has hecho por nosotros, pero no es necesario que vengan a Italia con nosotros.

-Pero Kate, tanto ustedes como Tanya son nuestra familia, y debemos ayudarlos- le dijo él, me sentía demás en esa conversación.

-Lo se, pero no es necesario, en serio- insistió ella, empezaba a estresarme, podía estar buscando a Tanya en vez de presenciar el acto de modestia entre ellos.

-Iremos con ustedes- dijo Bella, y todos la apoyaron.

-Si, y estarán en el castillo- propuse.

-¿Con los Vulturi?- pregunto Carmen, yo sonreí y asentí, era obvio, porque les sorprendía tanto, tampoco éramos tan malos, Edward rió ante mi pensamiento- es cierto-le dije.

-OK, entonces vamos-dijo Kate.

-Esperen- hablo Alice, a la que todos miraban con detenimiento, no supe porque hasta que recordé aquel día en el que ella, Edward y Bella estaban en el castillo, a Aro le fascinaba Alice, aun le fascina, por su don, es impresionante como ella ve lo que pasara antes de que pase.

-¿Qué viste Alice?- le pregunto el rubio.

-Jasper- me dijo Edward, él volteo al oír su nombre, Edward le hizo una seña hacia mí- Quería saber tu nombre- le explico respondiendo a la pregunta mental que el vampiro le hizo, por la cara que puso, me imagine que yo no le inspiraba confianza- así es con todos, no te preocupes- me dijo Edward.

-¿Alice?- le habló Bella.

-Si están en Italia, te llamaran cuando estés allá- me dijo mirándome.

-¿En serio?- pregunte asombrado, ella asintió y sonrío, muy confiada en su don.



Pase menos tiempo en Denali del que esperaba, para ser exactos, una hora, y el resto fue el viaje de regreso, este fue menos tedioso que el viaje de venida, al menos podía distraerme hablando con ellos, aunque solo un poco, no podía sacar de mi cabeza a Tanya y al licántropo, ese Friedrich, siempre jugando sucio, lo que no terminaba de entender era para que la quería, lo que fuera no era bueno, deseaba llegar lo mas pronto posible a Italia; el único Cullen que no vino con nosotros fue Emmett, el vampiro, que se parecía un poco a Felix, le molesto bastante, pero a regañadientes tuvo que volver a Forks.

-Alec- me llamo Eleazar, yo voltee hacia donde estaba- ¿Aro como se esta tomando todo esto?- hasta que Eleazar lo menciono, no había pensado en él, me preocupa el como se lo tomara, me ha tolerado bastante, y esperaba que su actitud compasiva durara un poco más.

-Hamm-empecé a balbucear- bien, creo- mentí, pero solo de cierta forma, porque Aro si se lo estaba tomando demasiado bien.

Me quede callado en mi asiento, observando hacia fuera, pero en realidad lo que miraba, o mas bien imaginaba era su rostro, su hermoso rostro de ángel, el de mi Tanya, el amor de mi existencia, Edward me saco de mi ensoñación.

-Alec, tienes un minuto- me dijo.

-Claro- le dije, y el se sentó junto a mi, me imagine que la conversación seria incomoda, y tal vez, algo corta.

-Imaginas bien- acordó con lo que pensaba, que leyera mi mente ya era bastante molesto, al menos Aro tenia que tocarme, pero él podía hacerlo a distancia- lo lamento, siempre intento darle a las personas la más posible intimidad en sus mentes, pero piensas demasiado fuerte.

-Lo lamento, pero no puedo evitar hacerlo- me excuse.

-Lo se, puedo notar que la amas de verdad- dijo, refiriéndose a Tanya, yo no pude evitar sonreír- muchos lo cuestionan.

-Y es bastante lógico, se que nosotros los Vulturi no somos del todo “confiables”- dije la ultima palabra haciendo comillas con los dedos- pero esto es diferente, me enamore, no se como, pero pasó, y ella es todo lo que me importa ahora.

-Me parece bien que pienses así, me alegra que Tanya por fin encontrara a alguien, aunque si te soy sincero, jamás pensé que fueras tú- dijo y me sonrío- pero, la vida siempre da sorpresas inesperadas.

-Tienes razón, yo tampoco pensé que fuera precisamente ella, claro que la primera vez que la vi no fue la ocasión más agradable, pero me alegra haberla conocido después- recordé lo que había hablado con Felix y Demetri la otra noche- ¿oye cuando llegaremos a la parte incomoda?- pregunte, y me reí, y el también lo hizo.

-Lo que sucede es que, hace muchos años atrás, Tanya sentía algo por mi- me explico- y digamos que yo, no sentía lo mismo- me dijo en un tono casual, no entendía a que quería llegar- lo que quiero decirte es que ella es una gran amiga, y se que tu y yo no somos los amigos del alma, pero quería pedirte que la cuidaras, y que la hicieras feliz, ella se lo merece, de ante mano puedo decirte que Tanya te ama, y solo quería pedirte eso- me sorprendió lo que me dijo, pero me pareció un lindo gesto de su parte el querer lo mejor para su amiga.

-Claro que lo Hare Edward, eso no lo dudes, esto no volverá a suceder- dije pensando en la situación, me sentía un poco culpable.

-No te sientas así, no es tu culpa- yo no tuve ninguna respuesta, pero el continuo hablando- entiendo como te sientes, me paso algo parecido hace varios años con Bella.

-Lo se, lo recuerdo- dije y sonreí, si a Tanya le sucedía algo, si la perdía, moriría, simplemente imaginarme la vida ahora sin ella era imposible.

Debo admitir que me dio un poco de celos el que Edward  me dijera eso, pero se que Tanya me ama, y yo a ella, y aunque en otras circunstancias Edward y yo hubiéramos terminado peleando, no podía hacer eso con todo lo que estaba haciendo por ella.

Llegamos al castillo al anochecer, entrar ahí con diez vampiros detrás de mi fue algo incomodo, esperaba que Aro los recibiera bien, al entrar mi hermana corrió a abrazarme, y miro a todos lados buscando a alguien, me supuse que a Tanya.

-Hermano, regresaste rápido-dijo sonriendo- ¿y Tanya?

-Ven conmigo-le dije para que se acercara a donde estaban los demás, en la habitación se encontraban Aro, Marco, Cayo, Felix, Demetri, Afton, Corin y Santiago, los cuatro últimos se encontraban mas alejados, pero aun así podían escuchar todo lo que decíamos. Aro empezó a saludar a nuestros visitantes.
-Hola Carlisle, no esperaba verlos por aquí, ¿A que se debe su visita?-le dijo él.

-Maestro- llame su atención- yo puedo explicarle lo que sucedió- dije y extendí mi mano.

-Acércate Alec- me indico, yo avance hacia él, y me incline, le di mi mano, espere a que viera mi improvisado viaje y lo que los Cullen y los Denali me contaron allá, mis pensamientos, mis sentimientos, y mis dudas a su comportamiento.

-¿Qué ha pasado?-pregunto- no comprendo, Alec ¿es el mismo Friedrich?- Cayo volteo al escuchar la mención del nombre.

-¿Alec que esta pasando?- me pregunto Cayo, y miro a Aro.

-Veras Aro- empezó Carlisle, y todos se quedaron callados escuchando lo que diría- creemos que a Tanya se la llevo este Friedrich.

-Eso no es posible, ¿estamos hablando del mismo licántropo?- Cayo estaba aun mas sorprendido que Aro, y algo asustado, se le notaba.

-No lo sabemos con exactitud, pero creemos que si- le explique.

-Alice, ¿cuando se supone que lo llamaran?- pregunto Kate.

-Según mi visión, ahora- dijo la pequeña vampiresa, y justo mi celular empezó a sonar, era impresionante la sincronía.

4 comentarios:

  1. ooohhh es la primera vez q escribo en tu blog para q sepas "mi despertar" es una gran historia me gusto muchisimo espero q sigas escribiendo me encanta como escribes tambien eres muy original jamas pensaria en q tanya y alec algun dia estuvieran juntos jaja bueno una vez mas te felicito ahh y para q sepas lei toooooodoo tu blog de mi despertar desde el medio dia asta aora jeje es q me re emocione e.e jaja besos y sigue escribiendo :D
    PD: me llamo mica vivo en argentina y amo tu historia

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  3. Holaaa.. Quería decirte que me encanto tu historia,la verdad..Pero estoy desesperada por que no puedo encontrar el cap 15..Voy a morir si no lo leo :(

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