domingo, 31 de octubre de 2010

DECISIÓN

aqui esta el 9 cap espero les guste..=D ustds me inspiran a seguir escribiendo pabli sanz amoo tu novela ♥ 

DECISIÓN

Me quede en total shock, no sabia que responderle, se que lo que sentía por el era muy fuerte, pero tenia miedo de expandir mis sentimientos por completo, me quede ahí como una completa idiota, mirándolo, mi respiración era algo entre cortada, no sabia que hacer, le respondía o me quedaba ahí, o me iba o que…, se acerco a mi, me tomo de la mano y coloco la otra en mi mentón, estaba muy nerviosa-de nuevo-no supe que hacer.

-De verdad te amo, me enamore de ti, no se cuando ni como paso, solo se que te amo- me dijo.

Sentía que me derretía con lo que me decía, de verdad me amaba, me costaba hablar, no sabia que decirle, duré varios segundos en reaccionar, deje que mis acciones hablaran por mi, pase mis brazos por su cuello y lo besé, lo besé con amor, con pasión, con ternura, esperaba que entendiera mi respuesta pues no quería hablar en esos momentos, claro que lo amaba, y creo que la mejor forma de expresarle mi respuesta era de esa manera, siempre he escuchado que un beso en los labios, es la mas pura expresión de amor, y estando allí, junto a Alec, envuelta en sus brazos y en el en los míos, besándolo, era un momento mágico; todo a mi alrededor desapareció, todo en mi mente ya no estaba, solo estaba él y yo, solo nosotros.

-Tanya dime algo.

-¿Qué quieres que te diga?

-No se.

-Yo…también te amo, esto que siento cuando te tengo cerca, cuando me tocas, me siento viva de nuevo, tú haces que sienta mi corazón a mil por hora, haces que mi oscuridad se vuelva luz, te amo.

-Yo siento lo mismo y muchas otras cosas más contigo, me siento feliz, muy feliz.

-También estoy muy feliz, de todo lo que me esta sucediendo, de estar contigo.

Estuvimos tan sumidos en nosotros que no recordamos la conversación pendiente que tenia con mi familia, no quería pensar en su reacción ni en como les iba a explicar mi viaje, pero si sabia que me apoyarían, o eso esperaba yo, mis hermanas siempre han querido lo mejor para mi, y Eleazar y Garret también, y aunque estaba segura de que la idea les parecería un poco dolorosa la aceptarían, porque me aman, estuvimos demasiado tiempo afuera, tanto así, que Kate tuvo que salir a buscarnos.

Después de regresar a regañadientes a casa, estuvimos hablando, ni Alec ni yo mencionamos algo sobre nuestro cercano viaje, y mis hermanas no preguntaron otra vez cuanto tiempo iba a quedarse Alec, así que por los momentos no tenia problema alguno, pero tendría que decirles mañana, si Alec se iba en tres días no tenia mucha oportunidad para decir la verdad, y ocultarlo solo lo haría mas doloroso si les digo exactamente al momento de la partida, en toda la noche pensé en las mil formas de decirles que me iba pero todas acababan en lo mismo, yo indecisa entre irme o quedarme, tuve el mismo problema en Italia, la diferencia era que ahora yo sabia que Alec me amaba y yo a él, y estar separados no era una opción, también podría llevarme a todo el clan, pero la idea no era muy convincente tendría que consultarlo con ellos  con Alec, y no quería abusar, y la ultima y la que menos me gustaba era quedarme, estaría con mi familia pero estaría lejos de Alec, e igual sufriría. Podría decirles que me voy por cierto tiempo, seria algo temporal.
Por mas que lo intentaba me era muy difícil decirles, no podía rodear el tema y evadirlo para siempre, tenia que ser valiente y enfrentarlos. Decidí esperar hasta mañana, se los diría cuando estuvieran todos juntos.

-Hermanita tu quieres decir algo desde hace rato, lo noté, ya dilo- me dijo Kate.

Todos voltearon a verme, Alec se colocó a mi lado y me tomo de la mano, con él junto a mí, todo era posible, me sentía mucho mas fortalecida.

-Tienes razón Kate, esto no es fácil para mi…-me quede callada unos segundos después continué- como ustedes ya saben Alec no estará aquí por mucho tiempo, solo tres días, y pues el no puede quedarse aquí conmigo- me quede callada, no podía continuar hablando.

-¿Y que harán entonces?- pregunto Eleazar.

-Bueno pues yo…- mire a Alec, para que continuara, me costaba mucho decirlo.

-Tanya quiere irse a Italia conmigo- termino Alec.

-¿Qué?, pero…- dijo Carmen, la interrumpí.

-No me iré por mucho tiempo será algo temporal.

-Pero hermana, irte así, te extrañaré- Kate corrió a abrazarme- todo sea por tu felicidad, te quiero, ¿pero regresaras?

-Yo también te quiero hermana, por supuesto que volveré- todos se lanzaron a abrazarme, los extrañaría mucho, pero ahora debía irme, estar con el amor de mi existencia.

-Te extrañaremos mucho Tanya, ojala regreses pronto- dijo Garret.

-Gracias Garret, yo también los extrañare- no quería prometer nada, tenia presente que volvería, pero no sabría cuando, y no quería ilusionar a mi familia, pero tampoco quería ilusionarme yo, seguía teniendo dudas y miedos, y hasta que no estuviera completamente segura de Alec y yo, no dejaría de sentirme así.

-Me siento como un secuestrador en serie que intenta robarse a la hermosa chica y separarla de su familia.

-Alec no te sientas así, no me estas secuestrando yo quiero ir contigo, en este caso yo seria la sonsacadora- escuche su risa, era muy armoniosa, para mis oídos solo se escuchaba la de él, era increíble como hacia que me perdiera en su mirada, en su sonrisa, en sus ojos, y mis pensamientos volvían a cambiar, las dudas se disipaban, y me sentía segura de todo.

-¿Y cuando se van? ¿Mañana?- me pregunto Carmen.

-Hamm no lo se,-volteé a mirar a Alec- ¿Nos iremos mañana?

Lo pensó unos minutos antes de responder- Si, si tu quieres.

-¿Si yo quiero?, ya Alec dime.

-Si mañana- suspiro, seguía sin gustarle la idea de que dejara a mi familia, pero a la vez le gustaba porque sabía que me iría con él.

-Ay hermanita tan pronto- Kate hizo un puchero- te extrañare mucho.

-Y yo a ti, a todos, pero no me iré para siempre.

-Tengo una idea en vez de lamentarnos porque no aprovechamos el día antes de que se vallan- dijo Carmen.

-Me parece una estupenda idea hermanita.

-¿Y que haremos, fiesta?- pregunto Garret- le volteé los ojos y le saque la lengua, era un tontito.

-¿Qué fiesta, estas loco?

-Ja, ja, ja, OK. OK, no abra fiesta.
Alec solo sonreía, con esos hermosos dientes suyos, que resplandecían, era tan hermoso.

-Ey, Alec ¿y ese silencio?- pregunto Eleazar.

-Solo pienso.

-¿Y en que?- Eleazar levanto sus cejas dos veces, en gesto muy chistoso pero aun así se le veía muy bien.

-En Tanya- me miro y sonrío.

-Aaahh, que lindo, espero que no te quedes con mi hermana tanto tiempo- le dijo Kate, sacándole la lengua.

El se rió- Ammn, no puedo prometer nada- todos nos echamos a reír.

Pasamos el resto de la tarde hablando y riéndonos mucho, este era uno de esos momentos en los que me sentía realmente plena, demasiado feliz, la realidad que estaba viviendo ahora fue un sueño mucho tiempo antes, y era algo realmente placentero.
Estuvimos hablando hasta que a Garret se le ocurrió la idea de jugar kikimball, un juego de niñas pero igual divertido parecido al baseball, todos encantados por supuesto aceptamos, hicimos equipos de tres en mi equipo estaban Alec y Kate, y en el otro estaban Carmen, Eleazar y Garret.
Éramos pocos pero eso no justificaba que no pudiéramos jugar, lo habíamos hecho antes cuando solo eran mis hermanas y Eleazar, así que los números no fueron un problema, yo tome el puesto de lanzador y Alec y Kate estaban en las bases sobraba una pero eso no importaba, siendo vampiros podíamos llegar muy rápido a la base sin tener que estar otro ahí, Carmen, Eleazar y Garret les tocaba hacer carrera, pero obviamente no los dejaríamos, les haríamos out en un segundo.
Estuvimos jugando por horas, íbamos ganando cien carreras a noventa y siete, era demasiado divertido, abarcábamos unas cuarenta hectáreas, necesitábamos un espacio sumamente grande porque no era divertido correr en lugares pequeños, cerca de nuestra casa había un enorme claro, que era donde jugábamos casi siempre, llevábamos sesenta inings, gracias a nuestra condición podríamos haber jugado toda la vida sin cansarnos, pero nos hartamos de empatar y desempatar, al final siempre ganábamos nosotros, aunque Garret insistía en que hacíamos trampa.

Estuve tan sumida en todo lo que paso en el día, que había olvidado que mañana tendría que irme con Alec a Italia, la idea me encantaba, y estaba segura de que cuando estuviera allá la decisión de regresar iba a ser totalmente insignificante y nula, no sabia lo que me esperaba pero estaba segura de que me encantaría.

Italia era una experiencia única, que disfrutaría al lado de Alec, ahora que lo pienso bien, ¿donde nos quedaríamos? ¿Con los Vulturi?, ¿que pensaría Aro de que yo me quedara con ellos? ¿Y su hermana?, no la conocía pero esa chica tenia cara de dar miedo, no se que pensaría de mi, me preocupaba no agradarle, esa no era una buena forma de iniciar una relación- cayéndole mal a la familia de tu novio- pensé, esperaba que todo resultara bien, pero y si no, ¿Qué pasaría con nosotros?, ¿Alec se enfrentaría a su familia por mi?, no pretendía causar eso, me sentiría culpable, y no dejaría que lo hiciera, sin embargo, si no resultaba, algo iba a suceder, para bien o para mal.

Llego la noche, cada quien se fue con su cada cual, y nos dejaron a Alec y a mi solos, de cierta forma deseaba que lo hicieran, pero no quería alejarlos de mi, sabiendo que me iría, quizá se sentirían ofendidos, por eso no les dije absolutamente nada, pero ellos decidieron hacerlo por su cuenta, así que me ahorraron esa incomodidad. Por otro lado quería preguntarle a Alec lo que había pensado, pero no me atreví, me daba pánico esperar la respuesta que no deseaba oír, pensé entonces preguntarle mañana en el avión, pero tal vez no era el mejor lugar, debía afrontar que tenia que decírselo ahora, espere a que todos se fueran para poder hacerlo.

-Respiré profundo- ¿Alec que pensara Aro de que yo me vaya contigo?- las palabras me salieron enredadas y apresuradas, estaba nerviosa.

Su reacción fue algo que no me espere, no estaba sorprendido ni extrañado por la pregunta que le hice, al parecer estaba esperando que se lo preguntara- No lo se, el no lo sabe-

-¿y no tienes que decírselo?

-Si por supuesto, pero estoy seguro de que Aro no tendrá problema con que estés conmigo, el me va a comprender, sabrá que te amo.
Le sonreí, mostrando mis dientes blancos, adoraba que me dijera esa linda y pequeña frase.

-Te amo Alec, gracias por hacerme sentir así- lo abrase y el secundo mi abrazo, confiaba en el, y si decía que Aro me aceptaría, debía creerle-Yo también, y mucho- me dijo al oído, sentí que los minutos no pasaron cuando estaba abrazada con el, me sentía envuelta en un aura llena de amor, salimos a la parte delantera de la casa, y nos sentamos detrás de un gran pino, me recosté en su regazo, y el acaricio mi cabello, mis rizos color fresa caían por mi rostro, Alec pasaba sus dedos por ellos para recogerlos, acariciando también mi rostro, ninguno de los dos dijo una palabra.
Me gire para quedar boca arriba, contemple su rostro, miraba hacia la infinita oscuridad que nos rodeaba.

-¿En que piensas?- le pregunte.

-En ti y en mi, juntos- sus ojos seguían fijos en el infinito, pero giro su cabeza para mirarme, en sus ojos podía ver que anhelaba tanto como yo ese futuro, estire mi mano para acariciar su mejilla, el serró los ojos al sentir mi contacto.

-Eso es lo que mas anhelo, con todo mi ser, estar juntos siempre tu y yo.

Alec seguía con los ojos cerrados, me levante para poder quedar de frente, me acerque hasta quedar a pocos centímetros de el, lo mire fijamente, degustándome con sus perfectos rasgos, Alec abrió los ojos, e hizo lo mismo conmigo, sentía su respiración, su aliento rozando mi cara, era sumamente dulce y calido a mi piel, se acerco a mi y poso sus labios en mi frente, luego en la punta de mi nariz y después en los labios, sumergiéndose en ese beso suave y tierno, enrede mis manos en su cabello castaño, tan suave como la pluma, el paso sus manos por mi cuello, sujetándome hacia él, en ese momento tuve una nueva sensación, ansiaba con todas mis fuerzas que Alec me poseyera, estar con el y ser suya para siempre, pero recordé  el lugar en el que estaba, y a regañadientes me separe de el.

-¿A que hora nos iremos mañana?- quise hablar antes de que el fuera a mencionar algo, aun seguíamos demasiado cerca.

-Al medio día, para llegar en la madrugada- se detuvo peor unos segundos luego dijo: amor si no quieres hacerlo, no lo hagas, no te sientas obligada a venir conmigo.

-Ya te lo he dicho, no es obligación, te amo, y quiero estar a tu lado- me dio un pequeño besito en los labios, me levante y extendí mi mano para que lo hiciera también, la tomo y se puso de pie, se que no era necesario pero de todos modos quise hacerlo, entrelazo nuestros dedos, y caminamos por lo alrededores.

Estuvimos afuera toda la noche hacia un frío polar extremo, pero a nosotros eso no nos importaba, sin embargo mi ropa estaba de acuerdo al clima, la del no tanto pero cualquiera que nos hubiera visto no notaria nada extraño, pero por supuesto ningún humano estaría por ahí.

Vimos el alba, y se formo una aurora boreal, solo a nuestra aguda vista, un humano no la hubiera visto, los colores eran muy tenues y diversos, habían colores que no figuraban en el saber humano, ni siquiera yo sabia su nombre, pero eran espectacularmente hermosos y embriagadores, deslumbraban, hoy era un día diferente, el sol salio, y resplandeció en nuestros cuerpos, si Alec era hermoso, así brillando como un diamante era todo un espectáculo muy digno de ver.

-Eres muy lindo- le dije acentuando la palabra lindo, como algo realmente cierto.

-Tú también lo eres, eres más que linda, totalmente hermosa.

Le sonreí, y baje la mirada, me gustaba sentir el sol en mi piel, hacia mucho que no me paraba delante del sol para sentir su calor, fue muy delicioso. No quería regresar, pero teníamos que hacerlo para poder llegar a tiempo ya después tendría tiempo de sobra para estar con Alec.

Llegamos en tiempo record, y ya mis hermanas estaban listas para despedirme, fue algo emotivo, no quería separarme de ellas, pero sabía que no era para siempre, y que deseaba estar en otro lugar, con otra persona, me acompañaron al aeropuerto, no nos preocupamos en comprar los boletos un pequeño soborno y los tendríamos a la hora que quisiéramos, la chica de la recepción que vendía los boletos quedo impactada al ver a Alec, incluso podría decir que híper ventilaba cuando le dijo de una forma tan sosegada y dulce que le vendiera los boletos para el medio día, la chica de menos de veinticinco años hizo lo que Alec le dijo, me dio un poco de celos, el modo en el que se lo dijo, pero sabia que era algo estupido, porque Alec solo trataba de encantarla para que hiciera lo que le pidiera, de todos modos Alec le dio una gran cantidad de dinero, mucha mas de la que costaban los pasajes de avión, esperamos unas cuantas horas hasta que anunciaron por la bocina que el vuelo de las doce estaba por salir, nuestro vuelo era primera clase, con asientos comprados, quedamos uno al lado del otro, me recosté en su hombro y cerré los ojos, cualquier humano habría pensado que estaba dormida y al ver nuestra cercanía me imagino que se dieron cuenta de que somos novios.

Cuando faltaban pocas horas para aterrizar me invadió el pánico, tuve esa sensación que se tiene en el estomago cuando se esta nervioso, todo producto de mi loca imaginación, pero igual tenia nervios, Alec se dio cuenta, era como si nuestras emociones estuvieran conectadas, a través de mis ojos el podía saber lo que sentía.

-No estés nerviosa mi amor.

- No es fácil, me siento aterrada de saber lo que dirá tu familia.

-Te aceptaran, no pienses en eso.

Me acurruque en su pecho, con el me sentía segura, Alec me rodeo con sus brazos, si estaba con el era capaz de enfrentarme al mundo entero, a el mundo entero menos a los Vulturi, seguía temiéndoles, aunque me sentía extraña porque Alec era un Vulturi pero a el no le temía, lo amaba, quizá después de que conociera a los demás vería que no son tan aterradores como aparentan.

Llegamos al aeropuerto de Italia en la madrugada, tal y como lo habíamos planeado, llegamos a Volterra solo un par de horas después, cada momento en que me acercaba mas al enorme castillo, sentía que mi corazón latía, latía con fuerza, de nuevo mi mente jugando sucio conmigo, Alec abrió la gran puerta de la entrada principal, y sentí el ultimo palpitar loco de mi corazón en mi mente asustado de lo que sucedería.

Al entrar todo estaba absolutamente normal, reconocí varias caras que vi en la fiesta, como la de la recepcionista Gianna, y mientras Alec me conducía hasta donde estaba Aro vi a Santiago.

-Hola Alec, ¿Tanya?

-Hola Santiago, ¿Cómo estas?

-Yo bien ¿y tu…? Alec bien guardadito te lo tenías ¿no?

Alec se carcajeó con una risa grácil- Hamm podría decirse que si, pero ya es oficial.

-¿Y que te dijo Aro cuando lo supo?

-Aún no lo sabe, pero lo sabrá pronto.

Santiago solo asintió, con una mirada de duda en su rostro, yo esperaba que esa mirada no fuera de duda hacia lo que Alec dijo: que Aro lo admitirá.

Caminamos sin detenernos hasta una puerta adornada tipo gótico, abrió las dos puertas, y ahí estaban los tres Vulturi, los que yo temía encontrarme, para mi sorpresa y al parecer la de Alec, las esposas estaban allí, me dio mas miedo aún, Sulpicia y Athenodora era encantadoras, pero no se que opinarían de que Alec y yo estemos juntos.

-Alec mi querido, volviste- le dijo Aro con voz amigable- y no viniste solo, Tanya, no esperaba verte por aquí tan pronto, ¿Cómo estas?- se dirigió a mi.

-Hola Aro- conteste casi en un hilo de voz, me aclare la garganta- muy bien gracias.

-Hola maestro- saludo Alec- esposas, Marco Cayo- hizo un pequeño gesto de reverencia con la cabeza, por lo que vi Alec era muy respetuoso con ellos.

-Acércate Alec- el se acerco llevándome de la mano, no quería soltarme y yo tampoco quería que lo hiciera.
Aro extendió su mano, me imagine que usaría su don para saber lo que Alec pensó, pensaba y piensa y sobre que hago yo aquí, aunque claro que eso el ya lo sabia, era algo muy obvio.
Alec coloco su mano sobre la de Aro y este la envolvió con sus dos manos, y vio todo lo que el había hecho conmigo, lo que había sentido, por un momento me dio algo de vergüenza, Aro vería lo que yo le había preguntado sobre el, pero ya no me importaba, después de un minuto le soltó la mano.

-Maravilloso, ¿así que eso es lo que deseas?

-Si, maestro, eso es lo que deseo, la amo y quiero estar a su lado.

-¿Qué sucede Aro?- pregunto Cayo.
-Nuestro querido Alec ha encontrado el amor, con esta linda vampiresa.

Durante toda la conversación me quede tiesa, tenia miedo de moverme, de hablar siquiera.

-¿En serio?- pregunto asombrado, parecía estupefacto, pero no tenia cara de que no le agradara.

-Si, Cayo- le respondió Aro.
Mire a Alec, el parecía igual de nervioso que yo, pero no entendí porque. El tampoco dijo una palabra.

-Guao, Alec, felicidades- le dijo Sulpicia.

-¿Y cuanto tiempo se quedara Tanya con nosotros?- pregunto Marco mirándome, no planeaba responderle, por suerte Aro lo hizo.

-El tiempo que deseé- dijo Aro con una sonrisa.

-¿Eso significa que puede quedarse?- le pregunto Alec con un tono alegre.

-Claro que si- le respondió Aro.

-Bienvenida, Tanya- me dijo Cayo.

-Gracias.

-OH, no tienes nada que agradecer Tanya, sabes que eres bienvenida a nuestro hogar- me dijo Aro extendiendo su mano para que le diera la mía, eso hice y Aro vio todos y cada uno de mis pensamientos, mis miedos, mis sentimientos, cuanto amaba a Alec, todo, sonrío placidamente.

-Veo que se aman, gracias a ti Tanya- me dijo con un gran gesto de gratitud, me sorprendió mucho esta situación, hace no mucho yo odiaba y temía de los Vulturi, y ahora estaba empezando a formar parte de su familia, la vida da muchos giros inesperados, ahora amaba a uno de ellos con toda mi alma.

-¿Dónde esta mi hermana?

-Jane, esta con Felix y Demetri, vienen en un momento- le respondió Marco.

Como lo había dicho, Jane, Felix y Demetri entraron unos segundos después, había pasado la prueba con Aro, pero su hermana era otra cosa, apenas entro corrió a saludar a su hermano.

-Alec- Grito, y corrió a abrazarlo, le dio un gran beso en la mejilla y Alec le dio otro.

-Jane, hermana.

-Te extrañe, ¿Dónde estabas?
Miro a todos los presentes y por ultimo reparo su mirada en mí, me miro extrañada pero no me fulmino con la mirada como pensé que haría.

-¿Qué hace ella aquí?- pregunto a la defensiva, me equivoque.

-Tranquila Jane, Tanya esta aquí porque se quedara con Alec- le dijo Aro.

-¿Con Alec?, ¿A que se refiere maestro?

-A que tu hermano se enamoro de ella- le dijo Aro sonriendo, parecía feliz de que Alec estuviera conmigo.

Jane abrió los ojos como platos, y miro a su hermano, con cara incrédula, Felix y Demetri también se sorprendieron, pero no tanto como Jane.

-¿Es en serio hermano?

-Si Jane, la amo, y quisiera que la aceptaras.

Jane pasaba la mirada de Alec a mí, no dije una sola palabra mientras ella pensaba, tenia miedo de que no me aceptara, después de todo era la hermana de Alec, no quería que me odiara o algo parecido.

-Bueno Alec si tú la amas, bienvenida Tanya- me dijo con una sonrisa angelical, se veía mucho más hermosa cuando sonreía de esa forma.

-Gracias, Jane- le dije sonriendo, era un momento incomodo, pero el que me aceptaran lo hizo mas confortable, me acerque a Alec y me sitúe junto a él, me tomo de la mano, y la llevo arriba para besarla.

-Increíble Alec, así que era cierto- le dijo Felix, con una risita sofocada.
Alec asintió, y le sonrío felizmente a Felix.

-Te lo dije Felix- le replico Demetri.

-Así que ustedes sabían, y no me dijeron- dijo Jane volteando a mirarlos.

Felix y Demetri negaron con la cabeza- No- dijeron al unísono, si que le tenían miedo a Jane.
Alec se carcajeo de nuevo, sonaba feliz de estar con su familia.

-Bueno ya chicos, compórtense, Alec lleva a Tanya a conocer el resto del castillo- dijo Aro con tono apremiante.

-Si maestro- le respondió Alec- ven Tanya acompáñame.

Lo seguí, deseando salir rápido de ahí,  Alec me guío por un largo pasadizo, llevaba mi mano entrelazada con la suya, el pasadizo era algo oscuro, pero sin embargo yo podía verlo con claridad.

-¿Qué te pareció mi familia?- me pregunto en tono juguetón.

-me pareció mas amable de lo que pensé, creí por un momento que tu hermana me mataría.
Alec se rió.

-No haría eso, ella podrá ser algo intimidante pero, es una buena chica.

-Gracias Alec.

-¿Por qué?

-Por dejarme estar a tu lado, por amarme.

Nos detuvimos en mitad del pasillo, Alec quedo frente a mí, y con su mano libre tomo mi mentón.

-No tienes porque agradecerme, yo te amo Tanya.

-Yo también te amo- estuvimos mirándonos en el pasillo muy cerca el uno del otro, escuche unos pasos acercándose, pero no me importo, y a Alec tampoco, sin embargo tuvimos que seguir antes de que llegara, me guío hasta la parte mas alta la azotea, había un sol de mañana, pero como estábamos arriba nadie nos vería.

-Este es uno de los lugares mas bonitos del castillo, desde aquí puedes ver toda Volterra- me dijo Alec.

En verdad era un sitio hermoso, se veía la ciudad totalmente.

-Es un lugar espectacular.

-En la noche te mostrare mi lugar especial, así como el tuyo- me dijo sonriendo, yo le respondí con otra sonrisa.

Bajamos, esta vez a la parte de la biblioteca, -que no se para que la tenían-, llena de libros hasta decir basta, de miles de años, que los historiadores matarían por poseer, me mostró los retratos de Aro, Marco y Cayo, y en algunos de ellos pude reconocer a Carlisle, algunas habitaciones, que estaban por ahí, el castillo era enorme, por ultimo fuimos al salón de baile, que yo ya conocía, era uno de los sitios que me gustaba mas, pues ahí lo había visto por primera vez, entrar allí, me hizo recordar esa noche, la primera vez que nos conocimos.

-Te prometo que la próxima vez que bailemos no me iré- me dijo con una bella sonrisa en su rostro.

-Eso espero- le sonreí, y me reí.

-Tienes una hermosa sonrisa.

-Gracias.
Este era uno de los momentos en los estaba muy feliz, Aro Jane y los demás me habían aceptado, y ahora estaba con lo que mas quería en el mundo, Alec Vulturi.

sábado, 23 de octubre de 2010

VISITA

el 8 cap .. espero les gustee...=D

VISITA

Empezó  a llover antes de que Alec se acercara a mi, estaba lloviendo muy fuerte, pero no me importo, estaba mojada para cuando se acerco lo suficiente y el también, tenia ganas de lanzarme a sus brazos y besarlo, pero estaba tan paralizada que no podía moverme, lo único que podía hacer era sonreír, se acerco a mi, demasiado cerca, imaginaba mi sangre en las mejillas, hubiera estado muy roja si hubiera sido humana.

-Hola, Tanya-me dijo, y acaricio mi rostro.

-Alec, estas aquí, viniste- dije cada palabra con deliberada lentitud, estaba nerviosa, recordé la plantita, mis sentimientos, estaban creciendo ahora que se que no se había olvidado de mi, mis sentimientos, mi plantita personal, se hacían cada vez mas grandes.

-Si, vine por ti- me sonrío, quería abrazarlo, lo deseaba, pero aun no podía moverme.

-Te extrañe, te extrañe mucho, no tienes idea de cuanto.

-Yo también te extrañe Tanya, no pude sacarte de mi cabeza en estas semanas, quería venir a verte pero me era muy difícil.

-¿Los demás saben que estas aquí?- cuando decía los demás me refería a Aro Vulturi, pero no quise acentuarlo de esa forma.

-Si, de todas maneras se enterarían.
Al fin pude moverme, me acerque a Alec y nos sumimos en un abrazo que parecía eterno, Eleazar tenia razón, yo estaba enamorada de el, por eso lo extrañaba tanto, por eso me sentía así cuando lo veía, por eso me sentía tan mal estando lejos de el, porque lo quería mucho, me aleje un poco para ver su cara, estaba sonriendo y parecía tan feliz como yo lo estaba, nos acercamos lentamente hasta quedar a escasos milímetros entre nuestros labios, y nos sumimos en un beso apasionado, el sentía lo mismo que yo, estaba enamorado de mi, lo presentía, cuando me besaba o me tocaba, sentía sus sentimientos hacia a mi, que el me besara me hacia sentir en las nubes, que volaba, que tenia un corazón vivo, era realmente especial, y todo lo que sentí en las semanas pasadas era miedo, miedo a no tener esa sensación de nuevo conmigo, miedo de no tenerlo a el.
Me quede mirándolo fijamente a los ojos, luego baje mi mirada, y me aleje de él, pero solo un poco.

-Estar lejos de ti me hizo darme cuenta de algo- me dijo Alec.

-¿Que cosa?

-Que te quiero, y mucho, estar lejos de ti fue un tormento, a veces no comprendo lo que me pasa.

Sonreí, yo también me di cuenta de eso- Eleazar dice que es amor a primera vista.

-Tal vez tenga razón- me sonrío, amaba su sonrisa, era muy hermosa y me hacia sentir reconfortada, querida, por primera vez en mil años.
Nos quedamos en la lluvia mojándonos, llovía a cantaros, pero la verdad no quería entrar, quería quedarme bajo la lluvia.

-¿Qué opina Aro de que estés aquí?- mi pregunta en realidad era ¿Qué opina Aro de que tu estés conmigo?, pero la verdad no se lo pregunte porque me dio algo de vergüenza con el.

-No me dijo nada, solo vio mis pensamientos y me dejo ir, creo que entiende mi situación respecto a lo que siento.

-¿Y que es lo que sientes?

-No estoy completamente seguro, pero se que siento algo muy fuerte hacia ti- tomo mi mentón con su mano- y me gusta lo que siento.

-Yo me siento de la misma manera contigo, estas semanas fueron muy fastidiosas y eternas para mí, pensé que no te volvería a ver.

-¿Por qué pensaste eso?

-Tenía miedo.

-¿Miedo?, ¿de que?

-Miedo de perderte, de que te hubieras olvidado de mí.
Acaricio mi rostro y mis rizos rubios, hasta encontrar mis labios con su mano, delineo cada parte de ellos con sus dedos, cerré mis ojos.

-Jamás en mi existencia me olvidaría de ti, no he dejado de pensarte ni un solo instante.

Acaricié su rostro, pasando mis manos por su cabello castaño, el tomo mi mano y la unió con la suya, entrelazando nuestros dedos, aun tenia mi mano en su rostro, el estaba oliendo mi aroma, si yo hubiera sido humana hace mucho que el me hubiera matado, no recuerdo mucho como era de humana, pero Sasha me decía que yo olía exquisitamente bien.

-¿Qué estas haciendo?- le pregunte con una sonrisa.

-Hueles muy bien, antes me había costado encontrarte, pero tu aroma lo tengo grabado en mi memoria desde la primera vez que te besé.

Recordé aquella noche, fue una de las mejores de mi existencia, cuando sentí por primera vez sus labios, mi semilla estaba apenas brotando de entre la tierra para salir a la luz, ahora estaba sumamente grande y crecía y crecía todavía más.

-Tu también hueles muy bien, tengo tu aroma grabado desde que te conocí- me trabe en las palabras, estaba nerviosa todavía.

-Te pongo nerviosa ¿verdad?

Lo notó-Algo, no es mi intención es solo que no se… no se como…como…- me confundía con Alec cerca me costaba pensar con claridad, no encontraba la palabra adecuada.

El se limito a sonreírme, sabia como me sentía- ¿Yo doy miedo?

Negué con la cabeza- No, para nada, no es por eso que estoy nerviosa.

-Lo sé.

Quise cambiar de tema, me sentía extraña, nerviosa, pero enamorada, las maripositas muertas de mi estomago revoloteaban, el amor es algo muy lindo, hace que las cosas imposibles parezcan posibles.

-¿Tu hermana sabe de esto?

-La verdad no se lo he dicho aun, no se como reaccionara, y ahora no me importa, solo quiero estar contigo todo lo que pueda.

¿A que se refería con eso? Hasta ahora no había pensado en que el tendría que irse, y no quería que se fuera, había llegado y ya tenia que irse, tan solo la idea hacia que me sintiera muerta otra vez, mi cara se descompuso, tenia ganas de llorar.

-¿A que te refieres con todo lo que puedas? ¿Tienes que irte?

-Por ahora no, pero no pedo quedarme mucho tiempo, no estés triste Tanya.

-¿Cómo quieres que no lo esté?, te necesito, se que eso suena algo egoísta, pero no podré aguantar si estas lejos de mi por mas tiempo, Alec, te quiero, creo que estoy empezando a amarte, y de lejos no se puede.
El se sorprendió ante mi pequeña confesión.

-Yo… es increíble como nos sentimos de la misma manera, Tanya, yo empiezo a amarte, y me cuesta estar lejos de ti al igual que tu, pero no puedo quedarme, y tu no quieres venir conmigo- su cara denotaba algo de tristeza.

-¿Quién dijo que no quiero?, claro que quiero, pero mi clan, son mi familia, irme y dejarlos así, no me gustaría.

-y eso es lo que yo no quiero, comprometerte a dejar tu vida, para estar a mi lado.

-No es un compromiso, yo deseo estar a tu lado, pero sí puedo irme contigo a Italia, no tendría que sepárame de mi clan, los podría dejar por un tiempo.

-¿Y causarte ese dolor de dejarlos, aunque sea por un tiempo?, no, yo no seria capaz.

Lo abrace- Eres tan dulce conmigo, que siento que no lo merezco.

-No te sientas así, mas bien soy yo el que no merezco a una chica como tu.

-Mejor dejemos la modestia, si.

-Como digas mi amor.

Era la primera vez que me decía eso, me sentía demasiado feliz, pensé que explotaría, por suerte eso no sucedería.

-¿Entramos?- ya la lluvia había cesado un poco.

-Pensé que estabas saliendo de caza, tienes los ojos negros.

Rayos, ¿que pasaba conmigo?, no sentía la sed hasta que me lo recordaban, ahora que lo pienso cuando estaba salvando a esa chica, sentí algo de sed, que bueno que no lo note conscientemente o ese hombre habría muerto. 

-OH, no lo había notado, pero ahora que lo mencionas, si tengo sed.

-¿No lo habías notado?   

-Últimamente, no siento la sed hasta que alguien me lo recuerda, ocupo mi mente en otros pensamientos, y la sed me parece algo insignificante y la menor de mis prioridades en este momento.

-Y esos pensamientos son…- el esperaba una respuesta, y claro que la sabia

-Tú, tú  Alec, en lo único que pienso es en ti.

-Pero ahora debes alimentarte, ¿puedo acompañarte de caza?

-Claro que si, pero pensé que tu dieta era algo diferente.

-Iré a ver, no a comer.
Me reí y el se río conmigo.

-OK, entonces vamos.

Tomo mi mano y corrimos juntos por el bosque de Denali, corrimos por el norte, estar con el era lo mejor que me había pasado en la existencia, me sentía segura a su lado, estuvimos corriendo por media hora hasta que escuchamos a un oso, estaba cerca de una cueva, solté su mano y me acerque al oso por detrás, no quería ser presumida, pero que el me viera cazar era algo nuevo para mi y quería hacerlo bien, le hinqué los colmillos al oso que luchaba insistentemente por arrancarme de su cuello, paro de luchar luego de haberle succionado mas de la mitad de la sangre, sus patas me rasguñaron, pero obviamente eso yo no lo sentí, y como tenia muchos años de practica, la ropa no era un problema, aprendí a cazarlos sin que me destrozaran la ropa, sin embargo esta vez no resulto así, estaba algo distraída y no me había dado cuenta de que el oso había rasguñado parte de la blusa que traía, estaba muy destrozada, Alec me observaba con los ojos abiertos como platos.

-Guao- fue lo único que logro decir después de unos minutos, estaba extasiado.
-¿Qué te sorprende tanto?

-La forma en como cazas y…- no termino su frase pero sus ojos me recorrían de arriba abajo, termine de arrancarme la blusa y quede con un TOP que tenia abajo.
Me reí de su expresión, era como un niño viendo por primera vez un dulce.

-Deja de mirarme, que me sonrojo- seguidamente me reí de lo que dije.

El también se hecho a reír- Lo siento, es que eres muy hermosa.

Le sonreí- sigamos, aun tengo sed.

El asintió. Seguimos corriendo por el norte, esta vez me llego el aroma de una manada de alces, se veían realmente deliciosos, naturalmente yo tardaba dos semanas en salir de caza, lo hacia entre esos periodos, nunca llegaba a tener demasiada sed, pero en estos días, lo había estado olvidando a tal punto que no sentía ese ardor en la garganta, Alec me había cambiado la vida y mucho. Bebí lo suficiente hasta saciarme, esta vez me asegure de que no dañaran las pocas prendas que me quedaban o llegaría desnuda a la casa, Alec me observaba sentado en una roca plana, me acerque a el después de terminar.

-Me parece fascinante la forma en como cazas a estos animales, es raro.

-¿Raro, porqué?

-M e refiero a que no es usual, estos animales no dan mucha batalla contra ti, y el sabor de su sangre, no es el mismo ¿verdad?

-Hamm, no estos animales no, pero otros mas grandes como el oso si dan algo de pelea, y pues si su sabor es diferente, los animales que son carnívoros son mas deliciosos porque su sangre sabe mas a la de un humano, los animales herbívoros no son tan apetitosos, pero igual te mantienen fuerte. 

-¿Por qué decidiste cambiar de…dieta?

-Hamm, bueno yo….mis hermanas y yo decidimos hacerlo porque nos daba un sentimiento de culpa matar a esos humanos, la verdad es que decirte esto es algo incomodo, pero si te soy sincera mis hermanas y yo teníamos una gran fascinación por los hombres, y matarlos era algo muy cruel, nosotras éramos como una especie de súcubo, eso lo invento Edward, pero la verdad no estaba tan equivocado.

El me sonrió- ¿Así que un súcubo?, pobres hombres- se hecho a reír, y yo me reí con el.

-Si pero, ya dejamos de hacer esas cosas, después de que todas consiguen pareja se olvidan de otros hombres, para ellas solo existe él y nadie más.

-Pero de todas tus hermanas tú eres la única que no tiene…- no término la frase, creo que pensó que no era adecuado decirlo, cambio de tema- no hace mucho que tú hermana esta con ese vampiro, ¿Garret?
-¿Por qué me cambias el tema?

-Porque…no lo se.

-Pareciera que me conocieras desde hace mucho, no me gusta hablar de eso, pero antes no te conocía, creo que las cosas son diferentes ahora ¿no?

-Si lo son, son diferentes, porque antes estabas sola, por así decirlo, y ahora estas conmigo.

-Eso significa que tú y yo…- no me atreví a continuar la frase, tenía miedo de que su respuesta fuera diferente.

-Que tu y yo estamos juntos, Tanya.

Le sonreí ampliamente, sentía mi mirada llena de amor y felicidad, después de tantos años en toda mi existencia era la primera vez que estaba realmente enamorada, después de tanta soledad, al fin había encontrado lo que buscaba, a mi amor, sentí una enorme satisfacción y todos mis miedos e inseguridades se desplazaron para dar paso a la seguridad y la felicidad, sentía que era la vampiresa mas feliz del mundo, y poderla compartir con el era lo mejor, me lance a sus brazos y lo abrace, no se si fueron segundos, horas, días o semanas, pero si estaba con él no me importaba lo demás, el tiempo no pasaba cuando estaba con Alec, lo amaba.

Estuvimos paseando por el bosque hasta el atardecer, hablando sobre nosotros, hasta ese momento no había recordado que el debía irse, aunque me dijo que no por ahora yo sabia perfectamente que no iba quedarse para siempre y eso me dolía mucho, no quería dejarlo ir.

-¿Cuándo deberás irte?- le pregunte.

-No hablemos de eso ahora ¿si?

-No, lo siento pero yo necesito saberlo, quiero saber cuanto tiempo te tendré a mi lado.

-Para siempre.

-Necesito saberlo.

El suspiro- más o menos como tres días.

Me sorprendió mucho que tuviera que irse tan pronto- ¡tan rápido! es muy poco tiempo.

-Lo se.

-¿si te vas cuando te veré otra vez?

-No se, Tanya, yo no soportaría estar lejos de ti, no quiero irme.

-Yo tampoco quiero que te vallas, pero no me parece justo para ti. Quizá yo pueda ir contigo a Italia.

-Pero…-lo interrumpí, poniéndole un dedo en los labios, me acerque a Alec hasta que nuestras caras rozaran y le hable en un tono bajo.

-Pero nada, amo a mi familia, pero ya lo decidí, los dejare solos por un tiempo, yo volveré, pero ahora quiero estar contigo, y se que mis hermanas me entenderán.

El tomo mi cara entre sus manos y me besó, siempre que hacia eso era como si mi corazón latiera aceleradamente, queriendo salirse de mi pecho, sentía maripositas en el estomago, y la plantita crecía, mis sentimientos crecían, pase de gustarme a quererlo y de quererlo a amarlo en menos de un mes, era amor a primera vista, y yo siempre pensé que esas cosas no existían, empezó a unir sus labios con los míos y enredo sus manos en mi cabello, me sentía inmensamente feliz, yo me uní a más el a tal punto que no solo nuestros labios estaban unidos, sino también nuestros cuerpos, nuestros labios se amoldaban entre sí, pase mis manos por su espalda, hasta llegar a su cuello, estaba recostada en un árbol, Alec coloco una de sus manos en el para apoyarse y se separo de mi unos pocos centímetros, yo aun tenia los ojos cerrados.
Los abrí lentamente.

-Definitivamente extrañare esto- me dijo.

-pero iré contigo.
Negó con la cabeza.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            

-¿Por qué no?

-Porque no quiero que te pase algo y que dejes a tu familia por mi culpa.

-Por mi familia no hay problema, y que podría pasarme soy un vampiro.

-A mi me mandan de misión todo el tiempo.

-¿Y eso que?, yo iría contigo- le dije sonriendo.

-Eso es lo que no quiero, la mayoría de ellas son peligrosas, y si algo te pasara no me lo perdonaría.

-¿Peligrosas?, y entonces tu… ¿sabes como me sentiría si a ti te pasa algo?, no yo iría contigo a cualquiera de ellas.

-A mi no me pasara nada, con mis dones y los de mi hermana rara vez nos hacen un daño grave, ni siquiera llegan a tocarnos, pero aun así son peligrosas cuando no sabemos a lo que nos enfrentaremos.

-¿Entonces no iré contigo a Italia?

-Si quiero que vallas, pero si Aro me manda a salir de misión quiero que me prometas que no insistirás en ir conmigo.
-OK, te lo prometo.

Me dio un pequeño besito en el cuello, tomo mi mano y salimos corriendo en dirección a la casa, Alec no quería seguir hablando del tema, pero yo no me quedaría así, su seguridad era algo importante para mi ahora, y no permitiría que le pasara algo, no quería regresar a la casa, quería estar a solas con él, el mayor tiempo posible, y estaba segura de que mis hermanos ya estaban ahí, me detuve antes de llegar al río.

-¿Qué pasa?

-No quiero regresar aun, ven sígueme- lo guíe hasta el río en el que me había quedado pensando en él, la ultima vez, las cosas eran diferentes porque esta vez, estaba con Alec y no solo lo pensaba.

-Es un hermoso lugar- me dijo.

-Si, me gusta venir aquí cuando quiero estar sola y pensar, me gusta acostarme cerca de las orillas y mirar las estrellas.

-Es como tu lugar especial.

-Si, algo así, quería que lo conocieras.

-Es un honor señorita- hizo un gesto de reverencia.

Nos acostamos en el borde del río, a mirar las estrellas, estuvimos hablando sobre las constelaciones, era algo muy romántico, lo que estaba experimentando era algo nuevo y con lo que siempre había soñado, lo que había visto desde afuera con mis hermanas ahora me sucedía a mi.      

-¿Cuál es tu constelación favorita?- le pregunte.

-La constelación de libra, ¿y la tuya?

-Que casualidad, porque mi constelación favorita también es la de libra, me gusta por como es, su significado, me parece interesante.

-Mírala ahí esta- me dijo señalando la constelación con su dedo, una de las ventajas de tener una vista tan fina era que podíamos ver cosas que los humanos no, como las estrellas, no necesitábamos un telescopio para mirarlas.

-Es muy hermoso.

-Pero no tanto como tú, opacas a las estrellas- me dijo mirándome, yo aun miraba la estrellas, luego gire mi rostro para quedar frente a él, le sonreí.

-Gracias.

-No entiendo como siendo tan hermosa no tenias a nadie.

-Yo nunca e estado acostumbrada a los rechazos, pero la verdad nunca sentí un interés por nadie en particular, hasta que conocí a Edward, pero eso fue hace mucho, ahora me interesa otra personita- le dije tocando levemente la punta de su nariz.

-Me alegra que sea así.

Estuvimos allí tomados de la mano mirando el firmamento durante casi toda la noche, no quería volver a la casa, pero mis hermanas debían estar preocupadas, así que le dije a Alec que regresáramos, del río a la casa no había mucha distancia, llegamos en escasos cinco minutos, como me lo imaginaba todos estaban ahí.
 Al entrar se sorprendieron mucho, porque me vieron llegar agarrada de la mano con Alec, sus caras fueron de confusión, alegría y mas confusión.

-OH, hermana, ¿Qué…?- dijo Kate- ¿Qué…? Alec, tú…, hola.

-Alec, hola ¿Qué haces aquí?- le pregunto Eleazar.

-Hola Eleazar, Kate, pasaba por aquí a visitar a Tanya.

-Hola Alec- dijo Carmen- hola- dijo Garret.

-Hola a todos, estoy aquí porque quería ver a Tanya.

Todos se quedaron sin palabras, ver las caras de mis hermanos era muy divertido, la cara de Kate, sorprendida y  chistosa, la cara de Carmen con un gran “te lo dije”, la cara de Eleazar, totalmente sorprendido, y la cara súper despreocupada de Garret.

-OK, chicos, ¿Por qué mejor no dejamos el silencio incomodo para otro momento?

-Si claro, me parece bien- dijo Kate- entonces Alec, al fin viniste, pensé que mi hermana se iba a morir…-la interrumpí.

Carraspee- Kate, ¿quieres morir hoy?
Alec se hecho a reír.

-No importa Tanya, yo me sentía de la misma forma, no hay razón para matar a tu hermana.

-Igual la mataré.

-Ey calma, no me mates, sabes que te adoro- me lo dijo con una gran sonrisa, a la que yo respondí con otra sonrisa.

-Bobita- le saque la lengua.

-Alec, y ¿Aro sabe que estas aquí?- le pregunto Eleazar, el si se atrevió a hacer la pregunta que yo no quise hacerle.

-Si por supuesto Eleazar, aunque no quisiera igual el iba a saberlo.

-Claro, ¿y tú hermana?

-Bueno, con mi hermana es algo diferente, ella sabe que me fui, pero no a donde, aun no le digo, quiero tener las cosas claras antes de decírselo.

-Te entiendo, tu hermana es algo impredecible, sin ofender.

-No ofende, yo se que es así.

-Oye y ¿tu te piensas quedar con mi hermana?- le pregunto Carmen.
Alec se quedo callado por varios segundos, antes de responderle a Carmen.

-Si, por supuesto que estaré con tu hermana.

-Me refiero a que si te vas a quedar con ella aquí.

Por supuesto que el no podía contestar esa pregunta, ya yo sabia la respuesta, no, el no podía quedarse, pero yo si podía irme, al menos por un tiempo, pero darles esa noticia a mis hermanos seria muy difícil para mi, fuera como fuera, tenia que decírselos, y este era el momento indicado, aunque el miedo me carcomía, no quería, no quería decirles que me iba. Tardo un minuto en responderle.

-Por ahora si.

-¿Por ahora?
Necesitaba cambiar el tema antes de que me obligaran a decirlo.

-Hamm, ¿Dónde estaban metidos?, en todo el día no supe de ustedes- pregunté.

-Yo estaba con Garret, por ahí- dijo Kate.

-Nosotros estábamos por ahí también- respondió Eleazar.

-¿Y tu?, nosotros llegamos en la tarde y no te encontramos, pensamos que te habías ido de nuevo.

-Cazando, con Alec, y por ahí como ustedes.

-¿De nuevo?- pregunto Alec- ¿A dónde te habías ido antes?

-Me fui a despejar mi mente, en una playa.

-Hagamos algo, estoy aburrida- dijo Kate.

-Tu siempre estas aburrida.

-Mira quien lo dice- todos nos reímos.

-Tanya, ¿puedo hablar contigo a solas?- me pregunto Alec.

-Claro.

Salimos afuera, lo suficientemente lejos para que no nos escucharan.

-No les dije nada a tus hermanas porque no te vi segura, ¿no iras a Italia conmigo?

-Si iré, lo que sucede es que no se como decirles que me iré.

-Te causa dolor, eso es lo que no quería.

Estaba en lo cierto, me causaba un gran dolor decirle a mi familia que me iba, aunque no era una separación definitiva, sepárame de ellos no me gustaba, pero también quería estar con Alec, y separarme de el me dolía aun más, estaba en una encrucijada con caminos difíciles de escoger, Alec no quería hacerme el mas mínimo daño, y dejar a mi familia era algo que definitivamente no deseaba, si le decía la verdad el no dejaría que me fuera a Italia, pero yo quería ir.

-Alec, yo te quiero, y deseo estar a tu lado.

-Y yo a ti, por eso no quiero que por mi culpa dejes a tus hermanos.

-No los dejaré, será algo temporal.

-Mírame a los ojos, y dime que no te duele dejarlos.

-No puedo hacer eso, claro que me duele, pero más me duele no estar contigo, será mucho peor si me quedo aquí.

-Te Amo- me dijo.

martes, 19 de octubre de 2010

PASEO

PASEO

La espera se me hizo eterna, sentía que habían pasado años en vez de días, meses en vez de horas, me estresaba no tener noticias de el, me preocupe al principio, pero luego entre en la etapa de la negación, y por unos momentos pensé que quizá se había olvidado de mi, lo cual podía ser verdad, pero preferí olvidarlo el miedo me carcomía, y era muy duro para mi sentir que quizá el se había olvidado de mi, ya para la primera semana después del viaje a Italia, sentía que Moria por no saber de el, estaba demasiado fastidiada en la casa, para no preocupar a mis hermanas, tuve que fingir, pero claro como siempre Kate me noto algo diferente, aunque no quise darle explicaciones, me sentía totalmente paranoica por comportarme así, pero era mejor mantener mi paranoia en secreto y solo para mi, que compartirla con otros, mi hermana me hubiera llamado loca si se enteraba de mi estado, aunque por fuera me veía totalmente normal, en mi mente estaba creando todo tipo de excusas y razones para explicar porque el no me había buscado ya.

Después de haber pasado una semana y dos días, decidí irme de paseo, les explique a mis hermanas que seria solo por unos días, y que estaría cerca, lo mas lejos que planeaba llegar era por un estado cercano, me fui a Anchorage en Estados Unidos, era un lugar frío, y no hacia mucho sol, pero no planeaba acercarme a la civilización, quería estar cerca de la playa que esta por el bosque, iría de noche cuando no hubiera personas en los alrededores.
Estuve caminando sin rumbo por los bosques sin definir una dirección, el lugar era muy hermoso, afortunadamente para mí, por ahí no se encontraba ningún humano, porque ese día había un sol radiante, que destellaba en mi piel cuando los rayos me alcanzaban, siempre me gusto ver mi piel en el sol, era como un espectáculo de luces, muy hermoso, como si colocaran un diamante a la luz, los rayos solares pasaban por entre los espacios diminutos de los huecos entre los árboles, eran escasos, pero aun así iluminaban en mi piel, el bosque estaba lleno de vida animal, pero todos se alejaban de mi al verme, me supuse que era instinto, ellos sentían en alguna parte de su ser que yo era peligrosa, y no estaban equivocados, si hubiera estado de caza probablemente alguno de ellos hubiera muerto, pero solo los animales grandes, los pequeños conejitos, y las ardillas, no hubieran tenido ese destino, y me hubiera gustado mucho que se acercaran a mi, me sentía como balnacanieves rubia, esperando a su príncipe sola en el bosque rodeada de animales, era algo infantil, pero era lindo, también me hubiera gustado, poder dormir, así habría podido soñar con Alec, y también habría pasado todo ese tiempo que tendría que esperarlo, dormida, para despertar cuando llegara y así no tener que atormentarme, como la bella durmiente, ella durmió cien años esperando a su príncipe, que suertuda era, al menos ella podía dormir.
Estuve caminando todo el día, camine hacia una dirección y Lugo fui al lado contrario, para llegar a la playa en la noche, no tenia prisa, así que camine a un ritmo de humano, llegue a tiempo a la playa, ya no quedaba un solo turista o visitante en el lugar, así que me fui a caminar por la arena, era una sensación fresca, muy natural, sentir la arena en mis pies, hacia muchos siglos que no hacia eso, y me gusto mucho, me senté en unas rocas que estaban en el mar, en la parte de la marea baja, ahora el agua golpeaba las rocas muy suavemente, como un pintor dando trazos finos en el lienzo, el agua del mar era fría, y el viento marino era suave, movía las olas al compás de su ritmo, era una orquesta silenciosa, que solo yo podía apreciar, me coloque en posición de indio en la roca, era muy fácil mantener el equilibrio, aunque un humano hubiera estado tambaleándose para evitar caerse, el lugar emanaba paz, era lo que necesitaba para relajarme, y distraer mis pensamientos de Alec, había decidido no nadar, pero el lugar estaba tan provocador, que termine por entrar al agua, estaba muy fría, pero para mi la temperatura no importaba, me sumergí en las pequeñas olas de la playa, debajo el lugar era aun mas hermoso, mas allá se podían ver unos arrecifes de coral, y muchos peces nadando alrededor de el, era un mundo submarino espectacular, me quede debajo del agua por varias horas, yo no necesitaba respirar y abajo me gustaba mas que arriba, estuve nadando, por la playa, pero luego nade mar adentro, llegue a alta mar, habían unos barcos pesqueros en la zona, así que me fui mas alejada de ellos por si las dudas, no planeaba llegar muy lejos, casi llegando el amanecer me devolví a la playa y me interne en el bosque de nuevo, esta vez no estuve rondando hasta el anochecer, me acosté en el suelo a observar el cielo, no podía ver mucho porque los árboles lo tapaban, pero algo veía, este paseo sorpresivo me sirvió para relajar mi mente, me sentía totalmente llena de paz, y ahora podía pensar con mas calma las cosas sobre Alec, decidí regresar, me sentía preparada ahora para encarar la situación, por si el se arrepentía y se olvidaba de mi, entonces creo que seré un poco mas fuerte para afrontarlo, y con ayuda de mis hermanas lo superaría.
Regrese en menos de una hora.

-Hermana, Tanya volviste- me dijo Kate sonriendo, muy contenta de que volviera.

-Pensé que habías dicho que era por unos días- me dijo Carmen.
La mire con cara incrédula.

-¿Es que acaso no me quieren aquí?

-No hermanita como crees-las dos me abrazaron.

-¿Y Garret y Eleazar?

-Están de caza, regresaran pronto hace mucho que se fueron- me dijo Kate.

-¿Qué hiciste en tu “paseo”?- me pregunto Carmen.

-Nada interesante, pensar, reflexionar y sentirme como un sabio-reí ante mi comentario, aunque si me sentí como un sabio, ellas rieron también.

-Tanya la sabia, ¿es una nueva etapa de tu vida?- me pregunto Kate, bromeando.

-Si claro, Amén- dije eso ultimo en tono de monje con las palmas unidas, las chicas se rieron y yo me reí con ellas, las extrañaba, aunque solo me haya ido por un día y medio.

Al poco tiempo llegaron Eleazar y Garret, empezamos a divertirnos, con los chistes de Garret, hablamos durante horas sobre toda clase de temas, pero nunca mencionaron lo que me sucedió en Italia, creo que no me había dado cuenta de que mis hermanas entendieron la razón de porque me había ido, y prefirieron no tocar ese tema por temor a que entrara en mi estado depresivo-traumático pos paranoia, pero eso no sucedería, porque para eso me fui, para despejar mi mente, y lo había logrado con éxito.

Dos días después de regresar recibí una llamada de Bella, al parecer Nessie quería hablar conmigo.

-Hola Tanya- me dijo Bella por el auricular.

-Hola Bella, me sorprende tu llamada, ¿Cómo estas?

-Muy bien gracias, en realidad no soy yo la que quiere hablar contigo, es Nessie.

-Ah, ¿en serio?, pásamela- dije en un tono alegre, se escucho un pequeño silencio y luego la voz de Nessie.

-Hola Tanya- me dijo.

-Hola Ness, ¿Cómo estas pequeña?

-Bien Tanya, ¿y tu?, ¿Cómo te la has pasado?

-Bien, me fui de paseo un día, a despejar mi mente.

-¿A dónde fuiste?

-A Anchorage, tiene una hermosa playa, quizá algún día vengas conmigo, para que la conozcas- le ofrecí.

-Claro que si Tanya, con gusto iría, oye y ¿que paso contigo y Alec?
Le dio justo a la herida, creía que me sentía preparada pero me equivoque, me sentí de nuevo olvidada por el, pero me recompuse de inmediato, no podía permitirme sentirme así.

-Hamm, pues desde que me regrese a Denali no lo he visto.

-Te sientes triste, ¿verdad?- Nessie noto mi cambio de voz.

-Algo, es que no saber de Alec me pone algo mal, pero tranquila, se me pasara.

-Tu voz me dice otra cosa, pero intentare creerte, le pediré a tus hermanas que te ayuden.

-Gracias Ness.

-No tienes porque agradecer, tu eres como mi prima, y entre familia se ayudan.

-Gracias Ness, de nuevo, no sabes como me ayudas- tenia una enorme sonrisa en mi rostro, Nessie me alegraba el día bastante.

-Mi papá quiere hablarte, te lo pasó.
Espere un segundo y Edward ya estaba al teléfono.

-Hola Tanya, ¿Cómo te sientes?
-¿De nuevo con lo del psicólogo?, le robaras el trabajo a Carlisle- Edward rió.

-No, para nada, la psicología no es lo mío- me reí por lo que dijo, y el también.

-¿Están todos ahí?- pregunte.

-No, solo Bella, Nessie y yo.

-La familia feliz, ja, ja, que lindo.

-Si, muy feliz, ¿y tus Hermanas y Garret y Eleazar están contigo?

-Podría decirse que si, pero…- Edward interpreto mi silencio de la forma correcta.

-Claro, claro ya entendí.

-Saludas a Carlisle de mi parte, y a todos.

-Por supuesto que si Tanya, te paso a Nessie para que se despidan.
Espere otro segundo.

-Adiós Tanya, cuídate.

-Adiós Ness, tu también.

Me sentí mucho mejor después de la llamada de Ness, me ayudo en mi intento por estar calmada, me alegre de que por unos días, no había pensado en las posibilidades de que Alec se hubiera olvidado de mi, después de todo quizá el solo no ha podido comunicarse conmigo. Pero ahora tenía otro problema, el aburrimiento me estaba matando, y eso es imposible, pero cuando no estaban ni Garret ni Eleazar, o mis hermanas no tenía nada que hacer, y la verdad era un verdadero calvario, el aburrimiento es algo que se empieza a notar con los años, cuando ya has hecho todo lo posible en un milenio, nada parece divertido o arriesgado, me hubiera gustado salir a Juneau, pero no podía, entonces pensé, en salir a otro lugar que no fuera Juneau, en otros lugares no me habían visto nunca y necesitaba sacarme este aburrimiento.

Paseé por las calles de la ciudad, hasta que vi un centro comercial, me metí allí y estuve hasta el anochecer, compre varias cosas, por suerte me traje mi auto para meter todo eso, aunque pude haberme ido a pie, pero era un fastidio, estaba conduciendo de regreso cuando oí a una persona gritar, desde donde estaba podía oírla, pero cualquier humano no la hubiera oído, su voz era muy tenue, lo pensé varias veces antes de ver que sucedía, pero decidí bajarme para mirar, la voz provenía de un callejón al otro lado de la calle en la que me encontraba, me subí muy sutilmente al techo de una de las casas, camine por el tejado e hice uno de mis cannonball, me gustaba hacer piruetas, y caí sobre el techo de la casa que estaba en frente, desde ahí se podía ver el callejón, y acorralada en la pared estaba la chica que había oído gritar, estaba acorralada entre la pared y un hombre, no era muy alto, parecía de mediana edad, yo le calculaba como treinta y cinco años, la muchacha aparentaba como diecinueve años, el tenia la boca de la muchacha tapada, y pretendía abusar de ella, o eso aparentaba, me quede quieta en el lugar desde donde estaba no podían verme, y no sabia que hacer, o la ayudaba o no la ayudaba, para mi era una completa desconocida, pero estando ahí, sentía la necesidad de hacer algo, espere un poco mas a ver que hacia, entonces el hombre empezó a agarrarla para que no se moviera, el era obviamente mas fuerte que ella, pero contra mi no podía hacer nada, sin embargo si la ayudaba, ¿Que haría con el?, no bebería su sangre, primero porque no mato personas, y segundo porque no bebería sangre de un hombre como ese, que repugnante y asqueroso, tal vez lo noquearía y lo llevaría a una estación de policía, que las leyes humanas se encargaran de el, si eso Hare, pero debía evitar que me vieran, o quedaría expuesta, me llevaría al hombre para que la chica no viera lo que hiciera con el, y como quedaría herido, nadie le creería si se daba cuenta de lo que era. Salte del techo de la casa y caí en la entrada del callejón, ellos no notaron mi presencia pues no hice el mínimo ruido al caer, a una velocidad muy rápida tome al hombre por los brazos y le tape la boca, y en menos de medio segundo me lo lleve, corrí con el en mis manos hasta otro callejón no muy lejano, como era de noche no había nadie en las calles, y la muchacha no me vio en lo absoluto, corrí demasiado rápido como para que sus ojos humanos pudieran verme.

Solté al hombre en el piso con mas fuerza de la adecuada, el calló pero no se lastimo, al levantarse y darse vuelta, se quedo maravillado con lo que veía, claro era a mi, por un momento no pensé que yo le parecería mucho mas atractiva que la otra chica, peo claro lo que el no sabia era que yo era mas peligrosa que ella incluso era mas peligrosa que el, sus ojos estaban mirándome de arriba abajo con una mirada pervertida, pero cuando se encontró con mis ojos retrocedió,  tenia una mirada acecina, estaba dispuesta a matarlo de no haber sido porque sentía lastima por ese tipo, que ridículo, el pensó por unos momentos que podía aprovecharse de mi, eso desearía. Ahora estaba en una situación complicada, no era porque le temiera, era porque no sabia de que forma herirlo, nunca me costo controlar mi fuerza, y no era muy fuerte comparada con otros vampiros, pero comparada con cualquier humano era súper fuerte, y quizá el daño que le haga a este hombre pueda ser irreversible, si le golpeaba demasiado fuerte la cabeza, podría crearle una hemorragia o incluso matarlo, y esa no era mi intención, no por el momento, tampoco quería hacer que derramara sangre, estaba perfectamente experimentada y con muchos años de practica para soportar el olor de su sangre sin matarlo, pero una cosa era con su sangre dentro de su cuerpo y otra cosa era que el empezara a botar sangre, el olor me llegaría y quemaría mi garganta intensamente, resistirme era algo complicado, y aunque no deseaba beber su asquerosa sangre, la tentación era difícil de superar. Pensé en lanzarlo con algo de fuerza hacia la pared, era algo que podía hacer e intentaría no hacerlo con mucha fuerza solo la suficiente para noquearlo. Me acerque a el lentamente, su reacción fue algo insegura, pero su deseo era que yo me acercara, cuando estuve lo suficientemente cerca lo empuje, lo tome por los hombros y lo empuje hasta la pared, yo me quede parada donde estaba, y el se golpeo la cabeza, como yo esperaba, al parecer funciono, lo golpee lo suficiente como para que se noqueara, pero no hice que sangrara. En seguida lo tome y me lo volví a llevar corriendo, esta vez hasta una estación de policía que estaba cerca de donde me encontraba, lo deje allí, y me fui, los policías lo encontrarían y sabrían lo que hizo porque les deje las evidencias necesarias, además de que estaba alcoholizado, eso también ayudaría a que lo metieran preso, por un momento me sentí como una heroína, pero luego se me paso esa sensación, en otro caso, y si yo fuera una vampira sedienta de sangre humana hubiera sido la villana, así que lo que hice no fue nada mas que una simple obra caritativa hacia el mundo humano, vacío, e inservible, que no comprendía la mayoría de las cosas que lo rodeaban, si no estuvieran tan ocupados en si mismos, tal vez notaran que estamos a su alrededor, en donde menos se lo esperan un vampiro, un mito para ellos, esta a su lado, sediento.
Volví a mi auto, y me encamine de regreso a casa, no tuve mas paradas inesperadas en el camino, llegue a casa a eso de la una de la madrugada, aun no estaba nadie de mi clan en la casa, todos estaban por ahí, haciendo sus cosas, otra vez me iba a pegar la depresión, mis hermanas con sus novios, esposos; y yo sola, la historia de mi vida, aunque me había pasado todo aquello con Alec, el no daba señales de vida y aunque me negara, lo olvidara o intentara no pensarlo, pronto tendría que afrontar la realidad de que el se había olvidado de mi, estuve pensando en eso todo el resto de la noche, estar sola en esa gran casa era deprimente, todos los recuerdos se me venían a la mente, a parte de Alec, recordaba a mi hermana Irina, la extrañaba mucho, me hacia mucha falta aquí, ella tampoco tenia pareja y de cierta forma me comprendía, aunque después empezó a sentir algo por Laurent, y su dolor fue grande cuando se entero de su muerte, estaba empezando a quererlo, no me gusto que culpara a los Cullen, pero yo actué de la misma forma que ella, dándoles la espalda, Carlisle siempre me perdono y me dijo que no había problema, pero yo siempre me sentiré culpable por eso.

Estaba demasiado fastidiada en la casa, así que Salí a caminar por los alrededores, era muy temprano, la mañana ya empezaba a verse, pero aun era algo oscuro por la falta de sol, me senté en las escaleras de la entrada principal, quedando de frente al bosque, sentí los pasos de alguien acercándose, pero no me alarme, sabia que era una persona, pero quizá eran mis hermanas o Garret y Eleazar, pero a medida que se acercaba me di cuenta de que era una sola persona, y no era humana, no sentía sus latidos, me coloque de pie, esperando a poder ver que o quien era, cuando lo vi no podía creerlo, hasta me frote los ojos como una tonta, por un momento pensé que era una alucinación, pero no, era real, estaba ahí, acercándose a mi, Alec estaba en Denali. Me paralice totalmente, no sabia que hacer, tuve de nuevo la sensación de que mi corazón latía, y era hermoso, lo único que pude hacer fue sonreír, sonreír, y estar parada allí, volviendo a vivir.

lunes, 18 de octubre de 2010

REALIDAD

REALIDAD

Las chicas intentaron convencerme en todo el resto de la noche y parte del día en que les contara pero quise ponerlas a esperar un rato, les prometí que les contaría todo en el aeropuerto, al pobre de Edward lo tenían atormentado intentando convencerlo de que les contara, pero para mi alivio se mantuvo firme y prometió que no contaría nada por su boca, estuvimos arreglando nuestras cosas para regresar de vuelta, no es que tuviéramos mucho que arreglar, yo había traído dos maletas y dos pequeños bolsos de mano, en una de las maletas tenia parte de mi ropa y en la otra algunos zapatos, en los bolsos de mano tenia mis accesorios, pero ni siquiera yo podía compararme con Alice, ella había traído tres maletas, y de no ser porque Carlisle le dijo que dejara una cuando salimos de Forks hubiera traído cuatro, cualquiera que la viera diría que ella iba a pasar dos meses de vacaciones y estuvimos aquí solo por tres días, intente arreglar las maletas lo mas lento posible para matar tiempo, aun no me podía sacar de la cabeza a Alec, todavía tenia la sensación de sus labios en los míos, pero ya no lo vería mas, regresaría a Denali, y aunque el dijo que buscaría la forma de verme de nuevo no estaba segura, la única forma era que el fuera a Denali o yo regresara aquí, y no estaba segura de que el lo hiciera, si el quisiera verme ya habría hecho algo, -quizá deba olvidarlo-pensé-, tal vez y las bonitas horas que vivimos deban quedarse en Italia, después de todo el es un Vulturi, y aunque hubiera una posibilidad de que estuviéramos juntos, estoy segura de que Aro se opondría, pero olvidarlo era algo muy difícil, y algo que no quería hacer, mis sentimientos habían crecido, cada hora que pasaba, cada vez que pensaba en el, era como una pequeña plantita, y cada vez que la regaba crecía.

Ya a las seis de la tarde todos estábamos listos para irnos, tuvimos que tomar un taxi hasta Roma porque ninguno de nosotros habíamos traído nuestros autos, eso disgusto mucho a Rosalie, pero al final tubo que aceptarlo, era eso o se tendría que ir corriendo. Carlisle dijo que el vuelo salía a las diez pero en los viajes de avión siempre hay retrasos, llegamos con dos horas antes de que saliera el vuelo, nos sentamos apartados de las personas en unas bancas, algunos se quedaron de pie, estar ahí rodeada de gente me hizo recordar que hacia mucho que no iba de caza y la sed me estaba quemando la garganta, me senté en el suelo lo mas alejada que pude de las personas, pero eso no evitaba que me llegara su aroma, aunque a mi me afectaba muy poco, pero era mejor si no hubiera tenido sed en ese momento.

-Tanya, ¿no saliste a cazar cierto?- me pregunto Edward.

-No lo siento, lo olvide.

-Tienes los ojos negros, ¿crees que puedas controlarte?

Lo mire con cara incrédula, tenia sed pero no era para tanto.

-Por supuesto que puedo.

Las chicas se acercaron a mí, a recordarme que tenía algo pendiente por contarles.

-Hermana ahora si nos vas a contar, me tienes ansiosa- me dijo Kate.

-OK, chicas ahora si les diré- me puse de pie para poder hablar mejor, me rodeaban en un semi-circulo, me safé de ellas, y ahora no estaba acorralada contra la pared- yo estuve…- me interrumpí a mi misma cuando escuche mi nombre, voltee y las chicas miraron en la dirección de donde escucharon mi nombre, me lleve una gran sorpresa, había escuchado la voz pero no estaba segura, hasta que lo vi, había venido a buscarme o a despedirme, fuera lo que fuera estaba aquí ahora, me alegre mucho, Alec venia caminando a un ritmo normal, y con una enorme sonrisa en su rostro, se acerco a mi y me abrazo, yo secunde su abrazo, estaba tan feliz.

-Tanya, no te has ido aun- me dijo- me alegra mucho verte, pensé que ya te habías ido cuando no te sentí en la casa de Carlisle.

-¿Qué haces aquí?- le pregunte.

-Vine a buscarte, o por lo menos a verte.

Kate carraspeo.

-Alguien quiere explicarme que esta sucediendo aquí.

Estaba muy distraída, por un segundo había olvidado que mi familia estaba a mis espaldas, cuando me gire todos nos estaban observando, cuando digo todos no solo era mi familia, algunos humanos curiosos también estaban viendo lo que hacíamos, la mayoría de mi familia tenían cara de confusión, excepto claro, Edward.

Le sonreí a mi hermana- esto es lo que iba a decirles.

-OH, hermana, no lo creo, ¿en serio?- me dijo Carmen.

-Vaya Alec, jamás lo pensé de ti- le dijo Eleazar.

-Hola, Hola Carlisle- se dirigió a Eleazar primero.

-Alec, que sorpresa, tu aquí- le dijo Carlisle.

-Si, es que quería ver a Tanya- le respondió el sonriendo.

-Me parce muy bien, ¿esto era lo que ibas a hacer por las tardes Tanya?- me pregunto Carlisle.

-Hamm, si, lamento no haberlo dicho antes, es que no estaba segura de contarlo.

-No tienes porque explicarme nada, yo te comprendo- me dijo sonriendo.

-Te lo tenías bien guardadito Tanya- dijo Emmett- todos reímos.

-Tanya, acompáñame- me dijo Alec, tome su mano y lo seguí, gire mi cabeza para decirle a Edward que ya volvía, el se los diría a los demás, lo seguí hasta afuera, nos detuvimos al lado de unos árboles, no habían personas en ese lugar.

-Quería verte antes de que te fueras- empezó a decir- te extrañare.

Lo abrase con fuerza, cada vez que lo veía, lo pensaba, o recordaba lo de la noche anterior me daban ganas de quedarme.

-Yo, también te extrañare, me haces esto muy difícil, no quiero irme.

Alec tomo mi cara entre sus manos y me hizo mirarlo a los ojos- no quiero que te sientas obligada a hacer algo por mi- lo decía sinceramente, pero a la vez le dolía, lo vi en sus ojos.

-No es obligación, quiero quedarme porque así lo deseo.

-Pero ¿y tu clan?

Decidir lo que haría ahora era algo difícil, por un lado deseaba quedarme, para estar con el, pero por el otro no podía, necesitaba volver a Denali, no quería dejar a mis hermanas solas, aunque puedan cuidarse y estén con Eleazar, eran mi responsabilidad y las amaba, tampoco quería quedarme.

-Quiero volver a verte, pero no puedo quedarme en Italia- le dije evadiendo la pregunta.

-Si pudiera me iría contigo, pero no puedo dejar a mis señores.
¿En serio lo haría?, si  se fuera conmigo a Denali eso significa que me quería mucho como yo a el.

-¿De verdad lo harías si pudieras?

-Claro que si, pero Aro aun no sabe que yo estoy aquí, mucho menos que viajare.

-Lo dices como si fueras a ir.

-En verdad lo deseo, pero, no puedo.

-Si no puedes venir conmigo, ¿como volveremos a vernos?- mi voz denotaba algo de tristeza.

-Yo encontrare la forma, te lo prometo.

Baje mi vista, me dolía mucho esta separación, aunque fuera minima, aunque solo tuviera tres días conociéndolo, porque era mas que una simple atracción, o que me gustara, lo quería, y tenia miedo llegar a amarlo y no verlo mas, el tomo mi mentón, y me hizo verlo de nuevo, se acerco a mi y me besó, al menos me sentía feliz en esos instantes en los que tenia sus labios posados sobre los míos, moviéndose suavemente y a un ritmo propio, que se coordinaba con los míos, es como si hubiéramos nacido para estar juntos, como la plantita, mis sentimientos se hacían mas grandes.

Caminamos de vuelta a donde se encontraba mi familia, esta vez ya había tomado una decisión, regresaría a Denali, Alec me prometió que haría lo posible para verme, y yo le creía, le habría dado mi vida si hubiera sido necesario.

-Hermana, tienes que contarme como sucedieron las cosas exactamente- me dijo Kate cuando me acerque.

-OK, Kate, pero te lo diré después.

Estuvimos hablando sobre lo que nos paso, mientras pasaban las dos horas, agradecí que Alec estuviera ahí, me hizo olvidar la sed que llevaba, y también varias otras cosas, cuando estaba cerca de mi, perdía muy fácilmente la concentración, cuando se hicieron las diez, tuve que prepárame para dejarlo, me dolió mucho, pero mantuve su promesa en mi mente y eso me ayudo bastante, el viaje en avión nos llevaría hasta Washington, de ahí los Cullen se Irian a Forks y nosotros a Alaska, en todo el trayecto hasta la capital de Estados Unidos me la pase pensando en Alec, hoy en la tarde pensaba que debía olvidarlo, pero ahora se que es lo que Hare, y olvidarlo no figura en mi lista, llegamos temprano en la mañana, Carlisle llamo al aeropuerto de Washington cuando estábamos en Italia para que tuvieran nuestros autos.

Al llegar nos despedimos, y cada uno tomo su camino por separado, mi clan y yo conducimos hasta Alaska, era algo lejos pero preferimos irnos en nuestros autos, estuvimos conduciendo todo el día para poder llegar en la noche.

Apenas llegamos saque rápidamente las maletas y las deje en mi habitación, y automáticamente Salí disparada a cazar, tenía mucha sed, corrí por el oeste, encontré una manada de alces, atrape al más grande, le hinqué mis colmillos y absorbí toda su sangre, atrape a varios mas de la pequeña manada, después de varios alces me sentía satisfecha, eran bastante grandes y tenían mucha sangre, regrese a la casa después de varias horas, decidí irme al río que estaba no muy lejos de donde me encontraba, en esta época la nieve que caía no cubría mucho el suelo, las aguas del río estaban heladas, cualquier humano que entrara moriría al instante de hiportemia, pero yo no, igual no planeaba nadar, me acosté en el suelo húmedo cerca del río, aun era de noche,  me puse a observar las estrellas, eran realmente hermosas, desde donde estaba se podían ver algunas constelaciones, mi favorita era la constelación de libra, porque es como una balanza, en el mundo todo se mide por el peso que tenga cada parte, como el bien y el mal, como una especie de Jing-Jang, de la filosofía taoista china, que representa cada parte, la del bien en color blanco y la del mal en color negro, y esos pequeños puntos que tiene cada parte significaban que aun en la luz hay oscuridad, y en la oscuridad también puede haber luz,  por eso aun existiendo creaturas como nosotros a las que los humanos consideran demonios oscuros, en nosotros también puede haber bondad, puede haber luz, Carlisle era un claro ejemplo de ello. Observando las estrellas recordé la promesa que me hizo Alec antes de partir, recordé nuestro último beso, no lo sentí como un adiós, sino como un hasta luego, estaba completamente segura de que lo volvería a ver, y cuando lo viera de nuevo mis sentimientos cambiarían, crecerían como la plantita, no tenia miedo a enamorarme, tenia miedo a enamorarme y no verlo mas, tenia miedo de perderlo, en la época en la que yo nací, que un hombre le dijera a una mujer “te amo” era algo muy importante, significaba un paso grande, y que ella también le dijera lo mismo, significaba que había encontrado a su gran amor, con el que estaría toda su vida, y aunque yo no soy del tipo anticuada con las cosas relacionadas al amor, siempre mantuve presente esa tradición, considero que decirle “te amo” a una persona, significa que realmente estoy enamorada y que lo amare siempre, me parece una palabra grande, y muy hermosa que no se le dice a cualquiera.
Regrese a la casa, Carmen, Eleazar y Kate estaban allí esperándome, mis hermanas para bombardearme con preguntas sobre Alec y yo, a Eleazar no le interesaba tanto como a Kate y a Carmen, pero sentía algo de curiosidad.

 -Hermana ahora si, me dijiste que me contarías, así que dime- me exigió Kate.

-Está bien- empecé a contarles desde que lo volví  a ver el primer día que fui al parque hasta la ultima vez que lo vi, en el mismo parque el resto de la historia se la sabían.

-Guao hermana, que rápido paso todo ¿no crees?- me dijo Carmen.

-Si, tienes razón, es que siento que lo conozco desde hace tanto.

-Sabes, Tanya, eso se llama amor a primera vista- me dijo Eleazar.

-¿Tu crees?

-Claro que si hermana, conozco a Alec, el no se enamora de las personas, ni las sigue para que no se vallan, el te quiere en serio.

-Gracias Eleazar- lo abracé,- los amo familia- mis hermanas se unieron a nuestro abrazo, me sentía completamente feliz ahora, tenia el amor de mi familia y había encontrado a alguien, que no se si sea el amor de mi existencia pero me agradaba la idea de que así fuera.

-Oye hermana, ¿Dónde estabas hace unas horas?, te fuiste corriendo sin decir nada- me pregunto Kate.

-Me fui a cazar, tenia mucha sed.

-Ah, cierto, tenias los ojos negros, admiro tu abstinencia, yo no aguanto tener esa sed durante tantas horas.

-Que extraño, yo creí que si aguantabas- ella se rió.

-Hamm, pues si aguanto, pero no rodeada de humanos.

-Eso es porque yo estaba distraída pensando en otra cosa, para no pensar en la sed.

-Y me supongo que esa otra cosa es Alec.

-Si, supones bien, como siempre, te pareces a Alice.

-No, no tengo su don, es solo que te conozco bien, yo no veo el futuro, mando corrientazos.

Todos reímos por su comentario, aunque si da choques eléctricos, pero decir corrientazo suena chistoso. 

Recuerdo la primera vez que Kate uso su don contra mi, en esa época no lo tenia tan desarrollado y me dolió mucho, ella lo hizo inconscientemente, pero fue algo fuerte, y también recordé cuando lanzo a Garret contra aquel árbol, eso si que fue divertido, el quería probar si era verdad que mi hermana podía lanzar disparado a un vampiro, a ese chico le gusta la adrenalina.

Decidí subir a mi habitación, arregle las maletas en unos minutos, y entre a mi baño, quería darme un relajante baño de burbujas en mi jacuzzi, arregle el baño para que pareciera un lugar relajante, llene la bañera de agua tibia y la llene de burbujas, me quite la ropa que traía y entre al jacuzzi, era muy relajante incluso para un vampiro, antes de entrar al baño me lleve mi ipod, me coloque los audífonos y puse mi música favorita, a mi particularmente me gusta el rock y la música clásica, la música de ahora no me gusta porque me parece algo patética, la buena música se podía apreciar antes, cuando estaba llena de melodías, particularmente me gusta la música de Beethoven y Mozart, y también la de Debussy, en el rock me gustan casi todos, los de la vieja escuela y los actuales, estuve en el jacuzzi el tiempo suficiente como para que a un humano se le hubieran arrugado los dedos, pero no quería salir de ahí, me gustaría poder estar aquí hasta que pudiera ver a Alec de nuevo, lo extrañaba, y aunque el me prometió que haría lo posible para verme, esperaba que lo hiciera pronto, me pregunto si  ¿me extrañara tanto como yo a él?, esperaba tener noticias de Alec y pronto, Eleazar dijo que era amor a primera vista, ¿estaré yo enamorada de Alec?, hasta ahora estaba clara con que me gustaba, pero no estoy segura de si mis sentimientos llegan mas allá, necesitaba verlo para poder aclarar esa parte en mi interior, y si lo amaba,¿el me amaría a mi?, si mis sentimientos hacia el no eran correspondidos totalmente no seria lo mismo, me habría sucedido como con Edward, y no quería repetir esa situación, auque con Alec era diferente, porque hasta ahora el había demostrado que me quería, pero ¿sus sentimientos hacia mi llegarían mas allá si yo lo amaba?, ahora nada era totalmente seguro, pero no quería decepcionarme de nuevo, para mi seria muy duro si me rechazan otra vez, eso significaba ¿que yo no tenia suerte en el amor, y que estaría sola el resto de mi eternidad?, estar rodeada de personas que se aman tan intensamente, y yo estando sola, es un golpe duro, y algo fastidioso a veces, porque me sentía sola, deje de pensar en esas posibilidades, porque me deprimían, y no quería sentirme así de nuevo, por lo menos sentiría la felicidad mientras durara si así el destino lo dictaba, me puse a cantar las canciones que escuchaba, siempre he tenido una voz melodiosa, si no fuera porque soy un vampiro me dedicaría a ser cantante, también estudie canto en mis tiempos libres, y dominaba muy bien mi caja torácica y mis cuerdas vocales, cuando cantaba lo hacia con pasión, me gustaba sentir la música en mi, me relaje aun mas y estuve metida en el baño, toda la noche hasta la madrugada, me vestí con ropa abrigada, no es que tuviera frío, es solo que debía vestirme conforme el sitio en donde estaba, pensé en salir a Juneau, pero luego recordé que no era muy buena idea que anduviera por esos lugares.

Decidí entonces ponerme a tocar mi guitarra, lo que mas amaba de la música era el instrumento de la guitarra, aprendí a tocarla antes de que apareciera la guitarra eléctrica, pero tengo de los dos tipos, quise tocar la eléctrica, me gustaba tocar canciones de otros artistas y componer mías también, toque la canción de Paramore Misery Business, tenia energía, quería tocar rock enérgico, mis hermanas se sentaron en frente de mi para verme tocar, y Eleazar estaba de caza, empecé a cantar la canción, era muy divertido, mi hermana Kate tomo el bajo y Carmen la batería, una vez quisimos formar una banda, y lo hicimos, aprendimos a tocar los instrumentos, escribimos varias canciones, en nuestros tiempos libres era divertido tocar, Irina tocaba la guitarra también, y Eleazar solo nos veía, estuvimos tocando nuestras canciones todo el día, ya al final de la tarde, me puse a pensar en el, de nuevo, si lo que pensaba resultaba ser verdad y yo me estaba enamorando de Alec, esperaba no equivocarme, porque no quería sufrir otra vez.