martes, 28 de diciembre de 2010

MIEDO

Este capitulo me ha costado escribirlo mas que cualquier otro, espero lo disfruten y lamento la tardanza tube problemas con mi internet.

capitulo 14

POV…Alec Vulturi

MIEDO

Jamás en mi existencia imagine que algo así me sucedería a mí, que ese sentimiento de amor llenaría mi ser, creí que seria siempre el guardia Vulturi que todos temían, pero eso cambio cuando la conocí, ella, Tanya, mi Tanya, con ella todo en mi vida cambio, como si hubiera despertado de un sueño profundo, una pesadilla, de la que creí, no despertaría nunca, gracias a ella mi ser renació de las tinieblas mas oscuras, me hizo sonreír, y ver las cosas hermosas de la vida; hacia no menos de cuarenta y ocho horas que se había ido y ya la extrañaba, la había llamado alrededor de la una de la tarde y me había quedado preocupado por lo que me dijo, pero intentaba no pensar en ello, porque si me concentraba demasiado en el pensamiento seria capaz de rogarle a mi señor Aro que me dejara ir a Denali, y eso seria algo que no me aprobaría, él estaba un poco molesto conmigo por mi reciente actitud, pero no podía evitar sentirme así por ella.

Recordé aquel día que mi vida cambio, cuando la vi por primera vez en la fiesta que organizo el líder Vulturi.

Solo voltee porque había escuchado la mención de mi nombre, para encontrarme con su mirada, sus hermosos ojos dorados me miraban fijamente, tímidos y al mismo tiempo seductores, la observe de pies a cabeza, toda ella era perfecta, sus rizos color fresa jugaban con el viento, y su esbelto cuerpo se amoldaba al vestido que traía, el color de este, combinaba con su blanca piel, su rostro; si no fuera porque es un ser inmortal habría jurado que se sonrojaba al verme, era totalmente hermoso, sus labios delineados y su nariz perfilada la hacia parecer un ángel, un perfecto ángel, la vampiresa que se encontraba a su lado, se alejo de ella y el único impulso que yo sentía era de caminar a donde se encontraba, así que eso hice.

-Hola- la salude y extendí mi mano en un gesto amable, al verla mas de cerca recordé que ella era una Denali, pero no sabía cual de todas era, decidí presentarme.

-Soy Alec Vulturi, tu eres una Denali ¿cierto?- le dije sonriendo, debía admitir, que por primera vez en mi existencia me sentía algo nervioso.

-Si, Tanya, Tanya Denali-me respondió ella, yo seguía observándola, y me di cuenta de que también estaba nerviosa

-Si me permites el cumplido, estas muy hermosa- le dije, para relajar un poco las cosas, pero realmente ella se veía muy nerviosa, y yo pensaba que ese estado de ánimo no era posible.

-Gracias- me dijo ella bajando la mirada

-¿Te gustaría Bailar conmigo?- le propuse, e intente actuar lo mas casual posible, ella acepto y me sonrío, ver su sonrisa fue un espectáculo, se veía aun mas hermosa de lo que ya era, yo no pude evitar sonreírle también, muchos pensamientos empezaron a llenar mi mente, empezando porque me sentía totalmente extraño, empezaba a sentir algo por ella y me gustaba, pero me asustaba al mismo tiempo, para lo que sucedió después, yo como un completo idiota la deje a mitad de la pista cuando nuestros labios estaban tan cerca que llegaban al roce, esa fue la primera vez que la tuve tan cerca de mi.

Recordarlo me hizo sonreír, y recordar lo que paso después me agobiaba un poco, mi hermana y mis dos amigos, Felix y Demetri, empezaron a fastidiarme con eso, aunque me importaba muy poco lo que me dijeran; mi hermana estaba en descontento por lo que había hecho, pero al final termino por entender que era lo que yo deseaba, ella me quería  y solo se preocupaba por mi. Después de que me fui de la fiesta toda la noche y el resto del día no podía dejar de pensar en ella, llevaba su aroma grabado en mi memoria, así que decidí salir a buscarla, pensé que tendría mucha suerte si la encontraba, tal vez y ya se habría ido, esperaba que no, encontrarla en aquel parque me hizo sentir aun mas feliz, y sentir sus labios contra los míos el vampiro mas dichoso y feliz sobre la faz de la tierra, lo que sentía por ella se hacia cada vez mas fuerte y estar lejos de Tanya, se me estaba haciendo imposible, me puse a rememorar aun más para distraerme, y recordé las tediosas dos semanas que estuvimos separados, yo debía quedarme por Aro, y para ir a verla tenia que explicarle y contarle todo lo que me sucedía, aunque el ya sospechaba algo, por mis misteriosas salidas sin decirle a nadie a donde iba.

-Maestro, debo pedirle algo- le dije bajando la mirada, sabía que debía mostrarle mis pensamientos, el extendió su mano sin decir una sola palabra, yo coloque mi mano sobre la suya y espere a que viera todo lo que había pasado, lo que había pensado, sentido y hecho, después de unos minutos, abrió los ojos y me soltó la mano.

-¿Quieres que te deje ir a Denali?- me pregunto, sabiendo lo que le respondería.

-Si mi señor, por favor- le dije, esperando a que aceptara.

-Esta bien, puedes ir-me dijo sonriendo, me sorprendí mucho de que aceptara tan rápido, pensé que me diría que no.

-¿En serio?- le pregunte asombrado.

-Si, pero solo por tres días, después de veras volver- me explico, y yo no me queje, después de todo había tenido mucha suerte con que accediera, así que asentí sin protestar, ya resolvería mas adelante.

-Partiré mañana- le informe y el solo asintió y me sonrío.

En serio me había sorprendido su aprobación, pero me hizo sentir realmente feliz de que lo hiciera, ver a Tanya después de esas dos largas y fastidiosas semanas fue lo mejor que me paso, tenerla cerca de mi, poder besarla de nuevo, y decirle que la amaba y ella a mi me hizo sentir el vampiro mas dichoso en la faz de la tierra.

Deje de recordar y camine con paso lento hacia donde me imagine que estaba mi hermana, y ahí la encontré, estaba sentada en un mueble, pensando, o eso me imagine que hacia, siempre se ponía así cuando quería pensar, me senté a su lado y no pude evitar suspirar muy fuertemente, ella me miro con recelo.

-Te desconozco hermano, ¡tu suspirando!- exclamo y se rió.

-Yo también me desconozco hermana, pero que puedo hacer- no lo dije como una pregunta sino como una afirmación.

-Solo espero que no cambies tanto, ya sabes, ese vampiro malvado-me miro con cara malévola- ese que acecina sin piedad- dijo y se echo a reír.

-Hermana yo no acecino sin piedad, esas son otras- dije mirándola fijo.

-¿Yo?- me pregunto levantando una ceja- yo no mato, torturo- y esbozo una enorme sonrisa, a mi hermana la amo, pero a veces es algo molesta, aunque claro ese es su trabajo.

Le sonreí- boba-le dije y me abalance sobre ella, Jane me empujo poniendo mala cara y torciéndome los ojos.

-Fuera de aquí-dijo poniéndose de pie y tomándome por el brazo, prácticamente empujándome para sacarme de la habitación, yo solo podía reírme por su actitud, salí del lugar y busque a Felix y a Demetri, necesitaba hacer algo o me desesperaría, no saber de mi Tanya me volvía loco; los busque donde la mayoría de las veces siempre andaban, haciendo niñerías, ellos siempre daban a ver una imagen muy diferente a la que realmente era de ellos, parecían muy serios y malos, pero mas en confianza eran unos idiotas, aun así los consideraba mis amigos, camine escaleras abajo y los busque, al final los encontré en una de las tantas habitaciones que tiene el castillo Vulturi, estaban matando el tiempo, como siempre que no tenían nada que hacer, avance hacia ellos y me quede parado allí observándolos.

-Ey Alec, ¿Cómo estas?- saludo Felix.

-Bien, ¿Qué hacen?- pregunte.

-Alec, aquí nada aburriéndonos- me dijo Demetri, y se echo a reír.

-¿Y Tanya, ya te dejó?- me pregunto Felix con cara divertida, y aguantando la risa, yo lo mire con cara de pocos amigos

-No-le dije serio-¿Qué no sabes que se fue a Denali, a resolver unos asuntos?- le pregunte.

-Mmm… interesante, no lo sabia- me respondió, poniendo cara de bobo interesado.

-Jamás me imagine que Alec tuviera una novia-comento Demetri, y yo le lance una mirada acecina-No me malinterpretes, me refería que cuando la tuvieras no pensé que seria precisamente una Denali.

-Si es raro-dijo Felix.

-La verdad yo tampoco, pero me alegra no haberla conocido en circunstancias anteriores, si la hubiera conocido dos años atrás, viéndola ahí en el campo de batalla, apoyando a su familia y contra la mía, mi existencia se hubiera complicado bastante-ellos se miraron entre sí, y se rieron a carcajadas, quería acecinarlos en ese momento.

-Lo siento Alec-me dijo Felix- es que no pensé oírte decir eso nunca, en serio me siento feliz por ti-me explico y me sonrió.

-Gracias Felix-le dije y asentí una sola vez, esbozando una sonrisa, me di media vuelta y me dispuse a salir de la habitación.

-¿A dónde vas Alec?-me pregunto Demetri.

-Por ahí, ya vengo-le dije, para evadirlo, no quería darle muchas explicaciones, él solo dijo “OK” y Felix se limito a verme salir, camine hasta las afueras del castillo, dada la hora las calles no estaban muy concurridas de humanos, a esta hora no solían salir, pero de todos modos tuve que caminar a su ritmo, quizá solo un poco más rápido, camine con la cabeza agachas para que no se encontraran con mi mirada, con mis ojos color escarlata, avance toda la calle principal hasta llegar a la autopista, la calle se encontraba vacía, así que me fue mas fácil el cruzar, empecé a correr, a sentir el viento en mi cara, recorrí el camino que, la ultima vez no lo había hecho solo, como tantas veces, la última vez lo hice con ella, con mi Tanya, la mujer de mi vida, o mas bien de mi existencia, mi vida la había perdido hace mucho, pero eso me importaba muy poco, sentía que había recuperado parte de ella cuando Tanya entro a mi corazón, ahora él le pertenecía, mi corazón que estaba muerto y de la nada volvió a la vida gracias a ella, le pertenecía totalmente, al igual que yo.

Seguí corriendo hasta llegar al ya conocido claro, camine directamente hasta el gran árbol, y me senté debajo de el, a pensar, a intentar distraerme, pero no daba resultado, todos mis pensamientos desembocaban en Tanya, me costaba mucho concentrarme, ella ocupaba todos mis pensamientos, mire hacia el  bosque, se acercaba el crepúsculo, faltaban aproximadamente dos horas para ello, me sorprendió lo rápido que pasaron las horas, no me había dado cuenta de ello, lo malo es que debía regresar, pero mi cuerpo no se movió de donde estaba, en ese instante mi celular sonó, el teléfono que tenia lo usaba muy poco, en realidad casi nunca, pero desde que Tanya se fue a Denali, lo cargaba conmigo, me sentí como un tonto la ultima vez que ella se había ido no se me ocurrió darle mi numero o pedirle el suyo, en fin, saque el celular de mi bolsillo y mire el identificador de llamada, era un numero internacional, pero no lo reconocí.

-Hola-dije, esperando que me respondiera.

-¿Alec, eres tu?-me pregunto una voz de mujer, que no reconocí, se escuchaba desesperada y algo agitada.

-Si, soy yo, ¿Quién habla?-pregunte.

-Habla Kate, la hermana de Tanya-me dijo muy apresuradamente, empecé a sentir un extraño presentimiento.

-Hola Kate, ¿Qué pasó?- pregunte directamente, sabia que había una razón para que ella me llamara de esa forma- ¿Dónde esta Tanya?

-Veras es que…-se enredaba en las palabras, y no le salía lo que tenia que decir, espere un minuto impaciente a que hablara- ay mejor que te lo diga Carmen- soltó y escuche un silencio al vacío, me quede allí, esperando a que me hablara otra voz de mujer, pero en su lugar me hablo una voz diferente.

-Alec, soy yo Eleazar- dijo saludando.

-Hola Eleazar, ¿Qué ha pasado?- pregunte, estaba demasiado nervioso.

-Te lo resumiré, no se como te caiga lo que te diré, pero bueno aquí voy-dijo y suspiro, me empezaba a preocupar demasiado- a Tanya se la llevaron unos vampiros-dijo de sopetón, me quede frío con lo que me dijo, mis ojos se abrieron de golpe, y me llene de ira, miedo, preocupación, apreté mis puños con fuerza, tanto que el celular empezaba a quejarse, casi rompiéndose, los relaje, no quería cortar la comunicación.

-¿Cómo?, explícate Eleazar, ¿Qué le paso a Tanya?- casi grite, lo único que deseaba era salir corriendo a Denali y buscarla.

-Peleábamos con unos vampiros, y luego llegaron más y ella hizo un trato con ellos-dijo hizo una pausa y después agrego: ella a cambio de que nosotros estuviéramos a salvo- mi ser se vino abajo con esa frase, simplemente no aceptaba perderla.

-Iré para allá Eleazar- dije y colgué, sin esperar a despedidas, Salí corriendo de nuevo en dirección al castillo, esperaba que Aro me diera permiso, sino me desesperaría por completo, tenía demasiado miedo de lo que pudiera sucederle a mi Tanya, no entendía lo de los vampiros,¿que querían de ella?, no se me ocurría nada, lo único que esperaba era que estuviera bien, camine por las calles sin importarme si iba demasiado rápido o no, debía intentar controlarme, pero me era demasiado difícil,-Cálmate Alec- me dije a mi mismo, pero simplemente no podía, me volvería loco si no llegaba pronto a Denali. Entre apresuradamente al castillo, directamente a donde se encontraban Aro, y los demás.

-Maestro, debo pedirle un gran favor-dije rogando a que me dijera que si.

-Dime Alec-me dijo él, y Marco y Cayo me miraron.

-Necesito que me deje ir a Denali de nuevo.

-¿Por qué, Tanya no volverá?-pregunto.

-Ha surgido un problema-le dije y extendí mi mano para que viera mis recuerdos, no tenia ganas de contárselo, el asintió y tomo mi mano.

-Ya veo-dijo, cerrando los ojos, y abriéndolos de nuevo- esta bien puedes irte-dijo sonriendo, me estaba sorprendiendo demasiado la actitud de Aro, habitualmente el no era así.

-Gracias Maestro-agradecí y me dispuse a salir de allí, lo mas pronto posible, los demás lo miraron expectante, me importaba muy poco lo que pensaran ellos, yo solo seguía ordenes de Aro, camine rápidamente por el pasillo que me conduciría a llegar al aeropuerto mas cercano, pero me detuvo la voz de mi hermana.

-¿Hermano a donde vas?- me dijo, me di vuelta para quedar frente a la pequeña vampiresa.

-Iré a Denali-le dije.

-¿Aro sabe?- me pregunto, y me miro expectante, yo asentí.

-Si, me acaba de dar el permiso-le explique.

-¿Qué paso, por qué vas a Denali?

-Sucedió algo con Tanya-dije sin dar muchas explicaciones, no tenia ni ganas ni tiempo, ella puso cara dudosa.

-Cuídate ¿si?

-Lo Hare- dije y le sonreí, ella me abrazo, y yo correspondí a su abrazo, la solté, le dedique una ultima mirada de despedida y me fui.

Camine hasta las afueras de la zona, recordé que no había salido de caza, la ultima vez que Heidy trajo humanos no quise, y pensar que estaría siete horas metido en un avión lleno de personas me hacia sentir lastima por ellos, debía cazar antes de abordar, la sed me mataba y no seria capaz de aguantar; escuche los pasos de tres humanos que caminaban por la carretera, me oculte y espere a que se acercaran lo suficiente, al parecer, cuando pude divisarlos me di cuenta de que estaban ebrios, -la presa perfecta-, pensé, nadie notaria que tres vagos ya no estaban en el mundo, su sangre no era tan apetecible, estaba hasta el tope de alcohol y eso la hacia saber amargo, pero aun así con la prisa que llevaba no me importo, cuando estuvieron lo suficientemente cerca, me abalance sobre ellos, adentrándolos al bosque que estaba alrededor de la carretera, e hice que perdieran la conciencia, no tenia ganas de perseguirlos, deje que la sed me dominara, mordí al primero de ellos, y saboree la sangre que pasaba por mi garganta, aplacando el ardor intenso que sentía, lo hice rápido porque tenia mucha prisa, termine con uno y fui por los otros dos, su sangre era amarga como lo había predicho, pero me conformaba, con ellos tres aguantaría las horas en el avión, escondí los cuerpos vacíos, para asegurarme de no tener problemas con Aro, y seguí mi camino.

Tal vez tomar un auto hasta el aeropuerto se me hubiera hecho más sencillo, pero con todo lo que tenia en la cabeza se me paso por alto, llegue al aeropuerto y pedí el primer vuelo hacia Denali, use la persuasión para que la chica del mostrador me los vendiera, aborde el avión a las nueve de la noche, ahora lo único que tenia que hacer era esperar siete largas, tediosas y angustiantes horas en el avión.

El lugar estaba lleno de olores de humanos, pero distraerme seria muy fácil si me ponía a pensar en Tanya, tenia demasiado miedo, miedo por ella, por lo que pudiera sucederle, tenia miedo de no volver a verla, a sentirla entre mis brazos, a no volver a besar sus labios, ni a ver sus ojos dorados perdiéndose en mi, me rehusaba a perder todo eso, no ahora que la había encontrado; no terminaba de entender para que la querían esos vampiros, recordé la llamada que le hice, Tanya me lo dijo, me hablo sobre cuatro vampiros, pero no me dijo que la querían a ella, tal vez no lo sabia, no la creo capaz de mentirme, también me rondaba por la cabeza la extraña actitud de Aro, el no era de los del tipo comprensivo, y menos con la reciente falta que había cometido, empezando por como recibió a Tanya de una manera que ni yo me esperaba, la acepto demasiado bien para los anteriores problemas que habían tenido entre ellos, y no me había dicho nada por mi error al llevar a Tanya a la misión sin permiso y por lo mal que salio, ni un regaño, ni un sermón, ni siquiera una advertencia, nada; y ahora me dejaba ir a Denali, sinceramente su actitud me estaba asustando un poco.

Las tediosas horas en el avión me abrumaban, a mi lado tenia a una chica, ni siquiera la vi, pero ella si me miraba a mí, demasiado, me imagine que ella deseaba que yo la mirara, pero eso seria un grave error, se encontraría con mis ojos, y detrás de ellos la sed que emanaban, para ella seria un grave error si quiera el que yo estuviera demasiado cerca, podía sentir su corazón latiendo, y su sangre fluyendo por su cuerpo, intente controlarme, muy pocas veces me encontraba rodeado de humanos, siempre estoy en el castillo, y solo me les acerco cuando voy a comer, por eso me costaba tanto estar estable, ni siquiera con los tres humanos que tome antes de subir, la sed estaba presente siempre y para un vampiro como yo aun mas, admiraba la abstinencia de mi Tanya, era increíble como podía estar tan cerca de un humano sin matarlo, eso me hizo sonreír, y la chica a mi lado tembló, me pareció gracioso que lo hiciera, pero no me reí, solo esperaba impaciente a llegar.

Llegue al aeropuerto casi para el amanecer, me encontraba en el aeropuerto de Anchorage, y debía conducir hasta Denali, pero no tenia auto, pensé en tomar uno “prestado”, así que camine varios kilómetros y tome un auto que vi, no era muy rápido, pero tampoco era demasiado lento, conduje lo mas rápido que el auto pudo, por ser de madrugada las calles se encontraban libres, así que me movilice mas rápido, me llevo solo media hora de viaje, y llegue a Denali casi para la salida del sol, que extrañamente salía en ese Estado, conduje por el camino zigzagueante hasta la blanca casa que se confundía con el paisaje, estaba nevando, pero la nieve aun no tocaba el suelo, los pequeños copos de nieve se derretían en el aire, me supuse que sintieron mi presencia, Kate, la hermana de Tanya me esperaba en la entrada, baje apresuradamente del auto, y avance hacia ella.

-Hola Alec-saludo.

-Hola Kate-dije, y ella me hizo pasar, reconocí la estancia, en la que ya había estado antes, ella me condujo por las escaleras, haciendo que caminara por un pasillo hasta llegar a una habitación, el lugar parecía la oficina de una empresa, y no cualquier oficina, parecía la oficina del jefe, del dueño de la inversión, tenia una enorme mesa alargada con sillas a su alrededor, se notaba que la madera era de buena calidad, parecía roble, tenia un enorme ventanal, que dejaba ver hacia el bosque, era una linda vista; la habitación tenia cuadros de cada uno de los Denali, y reconocí a Tanya, que estaba en el medio de los cinco cuadros, el lugar también estaba lleno de vampiros; el resto de los Denali y los Cullen, note que no estaban todos los Cullen completos, faltaban dos vampiresas y la hija de Edward y Bella.

-Hola Alec-me saludo Eleazar, y todos hicieron lo mismo, los salude y recorrí el lugar de nuevo, pero no estaba la persona que buscaba, ni aquí ni en todo el resto de la casa.
-Explíquenme que fue lo que sucedió exactamente- exigí saber. 

-Veras Alec,-me habló Edward- ayer en la noche y hasta la madrugada, estuvimos persiguiendo a cuatro vampiros-lo interrumpí para decir:

-Si Tanya me los menciono por teléfono-dije e hice amago para que siguiera hablando.

Él asintió y continuo- bueno al principio pensamos que estaban aquí por una razón diferente a la que en realidad era, ellos-dijo señalando al clan Denali-creyeron que estaban aquí por territorio, o eso les hicieron creer, pero ese no era su objetivo.

-Querían a Tanya- concluyó Carlisle.

-¿Para qué?- pregunte.

-No lo sabemos-dijo Eleazar.

-Estos vampiros, no sabían para que era necesaria ella-me explico Edward- el único que sabe, es un vampiro llamado Kevin, y aun así no pensó mucho en lo que sabia, al parecer había oído hablar de nosotros y supo que hay un vampiro lector de mentes, lo que no sabia era quien.

-¿Qué fue lo que pensó ese vampiro?- pregunte.

-No mucho, lo único que me sirve es que trabaja para un tal Friedrich- el nombre me hizo eco en la mente, mis ojos se abrieron de repente, no, no podía ser el mismo, ese licántropo maldito, no podía ser.

-¿Lo conoces?- me pregunto Edward leyendo mis pensamientos, no pude responderle.

-¿Alec lo conoces?- me pregunto Carmen.

-No se, no se si es el mismo- lo mato, lo mato, lo mato; era lo único en que pensaba, si ese idiota le hacia algo a Tanya.

-Cálmate- me indico Edward, pero no podía, quería salir corriendo a buscar a mi Tanya- se que quieres eso, pero debes pensar, primero debemos buscar al tal Friedrich, aun no sabemos si es la misma persona.

-¿Qué es Friedrich, Alec?- me pregunto la vampiresa pequeña que se encontraba al lado de uno de cabellos rubios, me supuse que era Alice.

-Un licántropo- Bella reacciono al escucharme decir lo que era.

-No es de los que crees Bella-le explico Alice- es un hijo de la luna, ¿cierto?- pregunto mirándome.

-Si-afirme-es un hijo de la luna, duro de matar, he tenido muchos encuentros con él y no he podido acabarlo. 

-¿Lo conozco, Alec?- me pregunto Eleazar, yo negué con la cabeza.

-No, no lo conoces, a él lo encontramos casi un siglo después de que te fueras, así que como imaginaras tiene bastante.

-¿Y no han podido acabarlo?- pregunto y rió- debe ser un hueso duro de roer.

Yo sonreí, pero no sentí ni una pizca de alegría o emoción al hacerlo- no, solo es un cobarde, siempre que se ve indefenso se oculta tras sus perros guardianes, por eso no he podido matarlo, pero espero y eso acabe pronto, si tiene que ver con esto, lo matare, no mas juegos.

-Das miedo- dijo Kate, y pude notar que no había nada gracioso en su tono, debo admitir que si me lo proponía podía dar mucho miedo, pero no tenia ni ganas ni tiempo y me sentía demasiado preocupado para jugar ahora.

-Suponiendo que es el mismo-dijo Carlisle- ¿Dónde podemos encontrarlo?-pregunto.

-Exactamente no lo se, pero si se que esta en Europa-explique.

-Tal vez en Italia- supuso el vampiro rubio.

-No creo que sea tan tonto-dije.

-No sabemos que es lo que quiere-me dijo y luego volteo a mirar a Alice- amor, ¿no puedes ver nada?-le pregunto, ella negó con la cabeza.

-No, aun no-le dijo.

-Si esta en Italia, ¿Qué estamos haciendo aquí?- dijo Kate- Carmen, Eleazar, Garret, tu y yo-dijo señalándome- nos vamos a Italia ya; Carlisle,- dijo volteando a mirarlo- te agradezco todo lo que has hecho por nosotros, pero no es necesario que vengan a Italia con nosotros.

-Pero Kate, tanto ustedes como Tanya son nuestra familia, y debemos ayudarlos- le dijo él, me sentía demás en esa conversación.

-Lo se, pero no es necesario, en serio- insistió ella, empezaba a estresarme, podía estar buscando a Tanya en vez de presenciar el acto de modestia entre ellos.

-Iremos con ustedes- dijo Bella, y todos la apoyaron.

-Si, y estarán en el castillo- propuse.

-¿Con los Vulturi?- pregunto Carmen, yo sonreí y asentí, era obvio, porque les sorprendía tanto, tampoco éramos tan malos, Edward rió ante mi pensamiento- es cierto-le dije.

-OK, entonces vamos-dijo Kate.

-Esperen- hablo Alice, a la que todos miraban con detenimiento, no supe porque hasta que recordé aquel día en el que ella, Edward y Bella estaban en el castillo, a Aro le fascinaba Alice, aun le fascina, por su don, es impresionante como ella ve lo que pasara antes de que pase.

-¿Qué viste Alice?- le pregunto el rubio.

-Jasper- me dijo Edward, él volteo al oír su nombre, Edward le hizo una seña hacia mí- Quería saber tu nombre- le explico respondiendo a la pregunta mental que el vampiro le hizo, por la cara que puso, me imagine que yo no le inspiraba confianza- así es con todos, no te preocupes- me dijo Edward.

-¿Alice?- le habló Bella.

-Si están en Italia, te llamaran cuando estés allá- me dijo mirándome.

-¿En serio?- pregunte asombrado, ella asintió y sonrío, muy confiada en su don.



Pase menos tiempo en Denali del que esperaba, para ser exactos, una hora, y el resto fue el viaje de regreso, este fue menos tedioso que el viaje de venida, al menos podía distraerme hablando con ellos, aunque solo un poco, no podía sacar de mi cabeza a Tanya y al licántropo, ese Friedrich, siempre jugando sucio, lo que no terminaba de entender era para que la quería, lo que fuera no era bueno, deseaba llegar lo mas pronto posible a Italia; el único Cullen que no vino con nosotros fue Emmett, el vampiro, que se parecía un poco a Felix, le molesto bastante, pero a regañadientes tuvo que volver a Forks.

-Alec- me llamo Eleazar, yo voltee hacia donde estaba- ¿Aro como se esta tomando todo esto?- hasta que Eleazar lo menciono, no había pensado en él, me preocupa el como se lo tomara, me ha tolerado bastante, y esperaba que su actitud compasiva durara un poco más.

-Hamm-empecé a balbucear- bien, creo- mentí, pero solo de cierta forma, porque Aro si se lo estaba tomando demasiado bien.

Me quede callado en mi asiento, observando hacia fuera, pero en realidad lo que miraba, o mas bien imaginaba era su rostro, su hermoso rostro de ángel, el de mi Tanya, el amor de mi existencia, Edward me saco de mi ensoñación.

-Alec, tienes un minuto- me dijo.

-Claro- le dije, y el se sentó junto a mi, me imagine que la conversación seria incomoda, y tal vez, algo corta.

-Imaginas bien- acordó con lo que pensaba, que leyera mi mente ya era bastante molesto, al menos Aro tenia que tocarme, pero él podía hacerlo a distancia- lo lamento, siempre intento darle a las personas la más posible intimidad en sus mentes, pero piensas demasiado fuerte.

-Lo lamento, pero no puedo evitar hacerlo- me excuse.

-Lo se, puedo notar que la amas de verdad- dijo, refiriéndose a Tanya, yo no pude evitar sonreír- muchos lo cuestionan.

-Y es bastante lógico, se que nosotros los Vulturi no somos del todo “confiables”- dije la ultima palabra haciendo comillas con los dedos- pero esto es diferente, me enamore, no se como, pero pasó, y ella es todo lo que me importa ahora.

-Me parece bien que pienses así, me alegra que Tanya por fin encontrara a alguien, aunque si te soy sincero, jamás pensé que fueras tú- dijo y me sonrío- pero, la vida siempre da sorpresas inesperadas.

-Tienes razón, yo tampoco pensé que fuera precisamente ella, claro que la primera vez que la vi no fue la ocasión más agradable, pero me alegra haberla conocido después- recordé lo que había hablado con Felix y Demetri la otra noche- ¿oye cuando llegaremos a la parte incomoda?- pregunte, y me reí, y el también lo hizo.

-Lo que sucede es que, hace muchos años atrás, Tanya sentía algo por mi- me explico- y digamos que yo, no sentía lo mismo- me dijo en un tono casual, no entendía a que quería llegar- lo que quiero decirte es que ella es una gran amiga, y se que tu y yo no somos los amigos del alma, pero quería pedirte que la cuidaras, y que la hicieras feliz, ella se lo merece, de ante mano puedo decirte que Tanya te ama, y solo quería pedirte eso- me sorprendió lo que me dijo, pero me pareció un lindo gesto de su parte el querer lo mejor para su amiga.

-Claro que lo Hare Edward, eso no lo dudes, esto no volverá a suceder- dije pensando en la situación, me sentía un poco culpable.

-No te sientas así, no es tu culpa- yo no tuve ninguna respuesta, pero el continuo hablando- entiendo como te sientes, me paso algo parecido hace varios años con Bella.

-Lo se, lo recuerdo- dije y sonreí, si a Tanya le sucedía algo, si la perdía, moriría, simplemente imaginarme la vida ahora sin ella era imposible.

Debo admitir que me dio un poco de celos el que Edward  me dijera eso, pero se que Tanya me ama, y yo a ella, y aunque en otras circunstancias Edward y yo hubiéramos terminado peleando, no podía hacer eso con todo lo que estaba haciendo por ella.

Llegamos al castillo al anochecer, entrar ahí con diez vampiros detrás de mi fue algo incomodo, esperaba que Aro los recibiera bien, al entrar mi hermana corrió a abrazarme, y miro a todos lados buscando a alguien, me supuse que a Tanya.

-Hermano, regresaste rápido-dijo sonriendo- ¿y Tanya?

-Ven conmigo-le dije para que se acercara a donde estaban los demás, en la habitación se encontraban Aro, Marco, Cayo, Felix, Demetri, Afton, Corin y Santiago, los cuatro últimos se encontraban mas alejados, pero aun así podían escuchar todo lo que decíamos. Aro empezó a saludar a nuestros visitantes.
-Hola Carlisle, no esperaba verlos por aquí, ¿A que se debe su visita?-le dijo él.

-Maestro- llame su atención- yo puedo explicarle lo que sucedió- dije y extendí mi mano.

-Acércate Alec- me indico, yo avance hacia él, y me incline, le di mi mano, espere a que viera mi improvisado viaje y lo que los Cullen y los Denali me contaron allá, mis pensamientos, mis sentimientos, y mis dudas a su comportamiento.

-¿Qué ha pasado?-pregunto- no comprendo, Alec ¿es el mismo Friedrich?- Cayo volteo al escuchar la mención del nombre.

-¿Alec que esta pasando?- me pregunto Cayo, y miro a Aro.

-Veras Aro- empezó Carlisle, y todos se quedaron callados escuchando lo que diría- creemos que a Tanya se la llevo este Friedrich.

-Eso no es posible, ¿estamos hablando del mismo licántropo?- Cayo estaba aun mas sorprendido que Aro, y algo asustado, se le notaba.

-No lo sabemos con exactitud, pero creemos que si- le explique.

-Alice, ¿cuando se supone que lo llamaran?- pregunto Kate.

-Según mi visión, ahora- dijo la pequeña vampiresa, y justo mi celular empezó a sonar, era impresionante la sincronía.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

INMORTAL

Pabli este cap va dedicado para ti, tu tambien me haces reir bastante jaja XD ¬¬ graxx x todo ♥

INMORTAL

La inmortalidad es un don que tiene una doble capacidad de enloquecerte y serte útil. Por un lado, esta ese camino, interminable, en el cual puedes aprender, vivir y disfrutar. Por el otro, están esas personas que solo podrán acompañarte unos pasos, para luego abandonarte, dejando su huella y un dolor que te sofoca, pero que no te destruye, pues la muerte jamás te alcanzará.

Pabli Sanz.


Reflexionar es parte de la vida, y pensar en todo lo que me había pasado me llevo a dos conclusiones: que las adversidades son obstáculos que se colocan en tu camino para que los superes y te hagas mas fuerte para afrontar peores, y que si lo haces con ayuda de tu familia es aun mejor, porque te lleva no solo a superarte a ti, sino también al grupo; y la segunda, que las cosas buenas que pasan llegan solas y es mejor dejar que lleguen en el momento inesperado a pasar toda una eternidad esperándolas.

La visión de Alice en cierto modo fue desconcertante, daba mucho que pensar, Edward dijo que su hermana había visto a los vampiros luchando con nosotros, pero luego la visión desaparecía, el futuro que ya estaba asegurado era que ellos vendrían la decisión ya se había tomado, nuestro gran enigma era ¿Qué querían esos vampiros?, simples tierras no era la respuesta, de todos modos pensamos que con Edward aquí cuando lleguen, eso seria muy fácil de averiguar, y con Bella sus dones eran nulos, había practicado con su don hasta hacerlo mas poderoso a tal punto que ahora puede cubrir el triple del terreno que cubría al principio, era imposible que nos hicieran daño alguno, sin embargo la visión de Alice no daba respuesta ni seguridad a nuestras teorías, dejándonos en un punto ciego al no saber con que nos enfrentaríamos.
Estuvimos hablando toda la noche acerca de eso, la visión de Alice tampoco nos daba un tiempo, no sabíamos cuando llegarían porque aun no lo habían decidido, lo único que sabíamos era que vendrían, eso nos hizo cuestionarnos aun más las posibilidades de que su presencia aquí se debía a otra cosa.

-Aun sigo sin entender todo esto- dijo Emmett, expresando su confusión al asunto.

-No eres el único, créeme, yo tampoco entiendo- le dije, estaba intentando buscarle lógica, pero ningún camino me llevaba a una idea factible y razonable.

-Si ninguna tiene sentido Tanya- me dijo Ed al leer mis pensamientos, le saque la lengua en respuesta, a veces el y yo nos comportábamos como niños.

-Alice ¿no puedes ver nada más?- le pregunto Carlisle, que se frotaba las sienes.

-No, aun no deciden cuando venir, tengo la impresión de que saben que estamos aquí- dijo la vampiresa, parecía una pequeña duendecilla, algo frustrada por no poder ver nada, y con el seño fruncido, pero aun así hermosa.

-Eso es imposible, la única forma de que sepan que están aquí es que nos espíen, y eso lo sabríamos si así fuera- dijo Eleazar que miraba hacia la ventana, una mirada perdida, como si mirara mas allá del horizonte que tenia en frente.

-Si tienes razón- dijo Bella apoyando su idea, que estaba apegada a Edward, y este inconcientemente tenia su mano fuertemente agarrada como si intentaran separarlos y ellos se aferraran entre si, era hermoso verlos, se podía sentir como irradiaban amor, una pareja realmente enamorada que duraría eternamente, Edward sonrío por mi pensamiento.

-¿Qué haremos entonces?- pregunte.

-Por ahora esperar a ver que pasa, y esperar que se decidan, estaré revisando su futuro para ver si me llega una nueva visión- me respondió Alice, le sonreí y asentí.

-Agradezco que estén haciendo esto por mi, chicos.

-No tienes que agradecer Tanya, para eso es la familia- me dijo Carlisle con una amplia sonrisa, a la que correspondí.

-Bueno saben que están en su casa, siéntanse cómodos, yo regreso ahora- dije y Salí corriendo a mi habitación.
Estaba exactamente igual que cuando me fui hacia un mes, mi cuarto era como mi santuario en el que era yo misma, en el que me sentía en privado, y en paz, lo observe, como si fuera la primera vez que lo viera, mire mi cama matrimonial, enorme, ocupaba gran espacio en mi habitación la cabecera de esta tenia un estilo colonial, de la época de antes de Cristo, me gustaba conservar ese estilo perdido, desconocido por el mundo, mi cuarto tenia una gran ventana de vidrio que ocupaba casi la totalidad de la pared del lado izquierdo de la habitación, desde ahí podía mirar el patio trasero de la casa y hacia el horizonte, del lado izquierdo de la cama había una puerta que daba a mi closet, del mismo tamaño que mi habitación, y en frente había otra puerta que daba hacia mi biblioteca personal, adoraba leer por eso tenia una en mi habitación, era casi del mismo tamaño que mi habitación solo un poco mas pequeña, tenia muchísimas colecciones de libros, incluso de escritores que jamás se dieron a conocer al mundo o obras extraviadas en el paso de los años, es impresionante la cantidad de escritores que han existido en tantos años y que el mundo no conoció jamás, mis obras eran desde Homero hasta los escritores mas actuales, también en mi biblioteca tenia una computadora que usaba muy poco sin embargo era de ultima tecnología, no la usaba porque no necesitaba buscar nada en ella, toda la información que quisiera saber ya la tenia retenida en mi mente. Mire la chimenea que tenia al frente de la cama, la tenia por decoración, en una casa normal en Alaska cualquier cuarto la tendría, esa chimenea me gustaba, y le daba un lindo toque al lugar, estaba decorada a mi estilo, arriba de la chimenea había un gran cuadro en donde estaban retratados todo mi clan, incluyendo a Sasha, Irina, Carmen y Eleazar, el cuadro original era solo mis hermanas y Sasha, pero lo mande a actualizar incluyendo a Carmen y a Eleazar, el único que faltaba ahí era Garret, que era nuevo miembro de la familia, Vasili, no lo conocí nunca, solo cuando iba a morir, y Laurent fue considerado parte de nuestro clan por un tiempo mientras estuvo con Irina, pero después se fue y no regreso; mirar ese cuadro me hizo recordar aquel día en el que mi hermana se fue, y recordar a mi madre, conserve el cuadro para recordar a mi clan completo siempre, a Sasha y a Irina siempre las recordaría, uno de los defectos de ser inmortal, llevar contigo siempre en la memoria el dolor de perder a un ser querido, mi dolor se intensificaba aun mas cuando recordaba la causa de la muerte de esas dos vampiras, en cierto modo sentía que las traicionaba, la familia que una vez les dio muerte ahora era mi familia, es como si me aliara con el enemigo, me sentí aliviada al pensar que Alec no había participado en ello, pero imaginarme tan solo que si el hubiera estado ahí y Aro le hubiera ordenado…no podía ni siquiera formar esa idea en mi cabeza, el dolor que me provocaba era tan intenso, que no tenia palabras para describirlo.
Camine hacia la ventana y suspire, decidí pensar en otra cosa, mire el cielo, ya estaba muy entrada la noche, era luna llena, está brillaba intensamente y junto a ella las estrellas, distinguí mi constelación, muy a lo lejos, y recordé lo que me había dicho Alec en el claro, que estábamos mirando el mismo cielo, el mismo firmamento, sonreí, amaba a ese vampiro, demasiado, saque el teléfono de mi bolsillo, y pensé en llamarlo, pero luego dudé, me quede mirando la pantalla del celular, que se encendió de pronto, abrí mis ojos como platos, y me sobresalte al ver el numero.

-Hola- respondí, esperando a que hablara.

-Hola mi amor ¿Cómo estas?- dijo, y en mi rostro no pudo evitar formarse una enorme sonrisa, escuchar el sonido de su voz era como el coro de los Ángeles para mi.

-Alec, mi amor, ¿bien y tu?-respondí.

-Extrañándote- rió- ¿Cómo están tus hermanas?- sabía que esa no era la pregunta, el quería saber que era lo que había pasado.

-Mis hermanas están bien, por suerte, pero creo que tendré que quedarme más de lo que pensé- dije sin rodeos.

-¿Por qué, que ha pasado?- pregunto preocupado.

-Unos vampiros nos están buscando pelea- reí- quieren nuestro territorio- le explique.

-¿Vampiros, que vampiros, como que su territorio?- pregunto.

-Unos vampiros, son cuatro, el problema es que son muy fuertes, tienen dones, y mi clan no es tan poderoso-dije, evitando la pregunta del territorio, no quería explicarle aun mis sospechas, no quería que se preocupara- claro, que pedí ayuda- aclaré.

-¿A quien?

-A los Cullen por supuesto- dije como si fuera algo obvio.

-Mi amada, ¿Cómo así que su territorio?- la pregunta del millón, yo no conocía la respuesta, y tampoco quería dársela cuando la supiera.

-No lo se mi amor, yo no comprendo mucho la situación, pero con Edward aquí será fácil de saber en cuanto lleguen- no me pareció prudente nombrar a Edward, pero luego recordé que Alec no sabía que alguna vez yo había sentido algo por él.

-En cuanto sepas algo me avisas ¿si?- me dijo, con tono preocupado, pero a la vez aliviado.

-Claro mi amor- dije, Kate se asomo a la puerta indicándome que viniera, le hice amago de que esperara- Alec debo irme, te amo- me despedí.

-Y yo a ti, te amo cuídate mi Tanya- sonreí aun más, adoraba que me dijera así, me sentí como una adolescente que conoce el amor por primera vez.

-Adiós, mi Alec- concluí y colgué.

-Dime Kate- dije arqueando una ceja.

-Nada, solo quería hablar contigo- dijo algo tímida por haberme interrumpido, me acerque a ella y la hice pasar, cerrando la puerta, la tome de la mano y la conduje hasta mi cama, me senté e hice amago para que se sentara, ella asintió y se coloco junto a mi.

-Dime hermana- le sonreí para compensar mi descortés comportamiento.

-Bueno yo…quería saber si tu…si Alec…-la note nerviosa al preguntar- si tu y Alec…

-Kate, pregúntame lo que sea- dije para infundirle ánimos.

Ella suspiro y me miro a los ojos, entendí que lo que me preguntaría no seria algo fácil de responder- es que quería saber si Alec de verdad te quiere y si te quedaras a vivir definitivamente en Volterra.
La pregunta me callo como una bomba, me quede en shock con los ojos en blanco, pero me recompuse enseguida.

-Hamm, si claro que me quiere, puedo sentirlo, puedo verlo en sus ojos- le dije, sin responder la otra pregunta.

-¿Y te quedaras allá definitivamente?, no es que te este presionando- dijo y coloco una mano en mi hombro- se que lo quieres y no te culpo si quisieras irte, lo que sucede es que siento que ya he perdido demasiadas personas importantes y que quiero mucho, tu eres mi hermana, mi amiga y la líder del clan, y no quisiera que se perdiera eso, solo no quiero que te alejes de mi.

Su confesión me dejo devastada, y el sentimiento de culpa lleno mi ser, quería llorar, tenia razón en lo que decía, yo tampoco quería abandonarlos, eran mi clan, mi familia, pero también quería a Alec y no deseaba estar lejos de él.

-Kate, yo no lo se, esa es una decisión que debo tomar con la “cabeza fría”-dije esa frase como algo no literal- no se que es lo que Hare aun, pero yo jamás, jamás los abandonaría, ustedes son mi familia y eso no pasara.

-te quiero Tanya- dijo y me abraso, yo correspondí  a su abrazo, adoraba a mi hermana, y no la abandonaría por nada del mundo.

-Bueno-se alejo un poco de mi- debo irme-dijo y se fue de la habitación, típica Kate, sonreí.
Mire hacia el amanecer que se aproximaba, y me puse a pensar en lo que Kate me había dicho, jamás en mi existencia se me había pasado por la mente dejar mi clan, pero ahora las cosas eran diferentes, porque ahora estaba enamorada, y mi corazón deseaba estar al lado de la persona que quería, pero eso implicaba dejar parte importante de mi en otro lugar, y no quería abandonar eso, tenia perfectamente claro que Alec no dejaría a los Vulturi por venir a Denali conmigo, y lo entendía seria como estar en mi misma situación, pero tampoco dejaría a mi familia, decidir lo que haría no sería sencillo, podría estar con Alec en Volterra un tiempo, pero no definitivamente, decidirlo sería lo mas difícil que tendría que hacer en toda mi existencia, pero no lo decidiría ahora, mi mente en este momento estaba en cosas mas importantes, los vampiros nómadas.
Camine hasta las escaleras y baje a la estancia, ahí estaban Edward, Bella y Alice, termine de bajar y me senté en frente de ellos.

 -Alice, disculpa si te presiono, pero ¿no has visto nada más?- le pregunte.

-No, aun no se deciden, no te preocupes Tanya, en cuanto sepa algo serás la primera en saberlo- dijo mirándome.

-No es cierto, será la segunda- dijo Edward divertido, mirando a Alice y luego a mi, yo me eche a reír al igual que Alice y Bella- Tanya- dijo después de reírse- no pude evitar escuchar lo que pensabas, me gustaría ayudarte en lo que pueda- dijo, y Bella se sentó al lado de Alice, como para hacer que nuestra conversación fuera algo “privada”.

-Gracias Ed, se que me ayudaras si te lo pido, pero esto es algo que debo decidir sola, nadie puede ayudarme.

-Lo se, es una difícil decisión- dijo y se acerco a mi- y más cuando debo hacerlo entre mi familia y Alec- pensé, no quería que me escucharan los demás, Edward asintió.

Me coloque una mano en la cabeza como si la sostuviera y me recosté en el brazo del mueble.

-¿Estas aburrida Tanya?- me pregunto Edward con cara divertida, puse cara pensativa y le dije:

-Algo- y me reí, Ed, Alice y Bella se rieron conmigo.

-Después te quejas de que no hay nada emocionante en tu vida- dijo riéndose, y yo reír aun mas, ¿acaso se estaba juntando mucho con Emmett?

-Últimamente yo creo que si- me dijo, respondiendo mi pregunta mental.

-Intenta evitarlo con él basta y sobra- dije y todos se rieron, creo que entendieron nuestra conversación.

-Bella ¿y Renesmee?- pregunte, y creo que la saque de alguna ensoñación, a ella no la conocí cuando fue humana, pero estaba segura de que se la pasaba soñando, y con todavía mas seguridad podría decir que con Edward.
-Esta en casa con Rose y Esme, no quise traerla, ya sabes por si la situación se complica- me dijo sonriendo.

-Claro te entiendo- le dije, y un segundo después todos en la estancia se tensaron, no entendía porque hasta que mire a Alice, con la mirada perdida, eso significaba que tenia una visión, mire a Edward, que miraba fijo a Alice, observando el futuro que ella estaba viendo, y mire a Bella, que conocía la expresión de Alice y sabia como yo que estaba viendo algo importante.

-Alice que…-dije, pero Edward me hizo seña de que esperara, me levante de mi asiento y todos incluida Alice hizo lo mismo, esperamos un minuto mas y la vampira parpadeo, mire a Edward que tenia el pánico reflejado en su rostro al igual que el de su hermana, pero lo compusieron al verme a mi y luego a Bella.

-¿Alice que has visto?- le pregunte, pero ella no me respondía- ¡Alice!- exclame.

-Edward que…-dijo Bella, perdiendo el hilo de voz.

-Bella busca a los demás, diles que bajen- le dijo sin mirarla, ella asintió y subió escaleras arriba, yo los mire a ambos.

-¿Qué viste Alice?, dijiste que me lo dirías- acuse, estaba empezando a estresarme.

-Ya se decidieron, y vendrán mañana en la noche- dijo ella mirando a Edward.

-Y lucharan con nosotros- termino Ed.

-¿No hay nada más?- pregunte, ellos se miraron entre si.

-¿Qué ha pasado Edward?- pregunto Carlisle que venia caminando con toda la familia detrás de él.

-Alice los ha visto, vendrán mañana en la noche- declaro Ed, diciéndoles lo mismo que me había dicho hace unos minutos.

-¿Vendrán solo ellos cuatro?- pregunto Jasper.

-Si, no saben que estamos aquí seremos una sorpresa para ellos.

-¿Qué es lo que quieren?- pregunto Carlisle.

-No lo se, exactamente- dijo- pero al parecer, esperan que esta vez tu estés aquí- aclaro mirándome.

-¿Yo?, y ¿porque?- pregunte, y mi cara y mi mente se llenaron de confusión, ella se encogió de hombros.

-Mejor subamos al tercer piso y lo planeamos allá- propuso Eleazar, todos asintieron, y subieron.

-Edward, espera- le dije y lo tome del brazo, prácticamente arrastrándolo fuera de la casa, lo suficientemente lejos como para que no nos escucharan.

-¿Qué?- me pregunto algo irritado.

-Lo siento Edward, pero te conozco se que me ocultas algo, dime todo lo que Alice vio- le dije, y el suspiro- Ed, sabes que si es sobre mi, debo saberlo.
-Hamm…- dijo como pensando.

-Edward, sabes que es verdad lo que t digo, ¿a que se refería Alice con que esperaban que yo estuviera aquí?

-Está bien te diré-me soltó, abrí los ojos como platos, no creí que accediera tan fácil. 

 -Lo se, pero tienes razón, debes saberlo, no te lo dijimos porque no se, me asuste- me dijo, respondiendo a mi pensamiento.

-¿Te asustaste?, tu no eres de esos- dije y me reí, el se río conmigo- bueno ¿y? dime.

-No lo se exactamente, lo único que se, es que ellos vienen por ti- lo mire aun mas extrañada.

-¿Por mi?, si yo no los conozco, no entiendo, ¿Qué podrían querer de mi?- estaba muy confundida.

-No lo se, mañana en la noche lo averiguaremos, pero no dejaremos que te lleven si eso es lo que quieren- me dijo, muy seguro de si mismo.

-Lo se, igual no creo que haya razón, para hacerlo, regresemos- dije y corrimos de nuevo hacia la casa, -Edward no vayas a mencionarles nada de esto, no quiero que se preocupen por mi- le dije mentalmente, el asintió, subimos al tercer piso donde estaban todos, como Jasper era el mas experimentado en el tema de los combates, lo pusimos a cargo, estuvo organizándonos toda la noche y el resto del día, coloco a Edward, Carlisle y a mi al frente, Bella y Kate estaban detrás de nosotros, a Ed no le pareció la idea de ponerla tan en frente, pero el sabía que a ella no le pasaría nada, además Bella le puso mala cara cuando empezó a quejarse y termino accediendo, después de ellas estarían Alice y Jasper, y por ultimo detrás de ellos estarían Carmen, Eleazar, Garret y Emmett, este ultimo no tan contento por estar tan atrás, como siempre, Emmett queriendo enfrentarse a varios vampiros. Jasper nos explicaba, lo que haríamos, pero yo le preste muy poca atención, el día se me hizo eterno, y mi cabeza estaba vuelta un desastre, tenía mis pensamientos en tres cosas importantes, el primero se centraba en Alec, lo extrañaba, y quería estar a su lado; el segundo era en la importante decisión que debía tomar; y el ultimo se centraba en mi, en lo que podían querer esos vampiros de mi.

El día sin embargo paso rápido, nos ubicamos en el claro donde Alice los había visto llegar, y esperamos a que el futuro se volviera presente.

-¿Alice cuando se supone que deben llegar?- le pregunto Carlisle.

-En unos minutos más o menos- le respondió ella.
Todos esperamos en silencio, miraba al horizonte, donde se suponía que debían aparecer, en lo único que podía pensar en ese momento era en lo que Edward me había dicho, no terminaba de entender que era lo que querían de mi, pero faltaba poco para averiguarlo.

-¿Puedes escucharlos?- le pregunte a Edward, el negó con la cabeza.

-Se acercan- dijo Alice, y todos volteamos a mirar por donde se suponía que saldrían, y entonces los divise, eran cuatro, justo como Alice había dicho, dos mujeres y dos hombres, la primera de ellos era de baja estatura, de cabello negro largo y liso hasta la cintura, vestía una ropa tipo nómada, y llevaba los pies descalzos, sus ojos al igual que los del resto eran rojos escarlata, intensos y amenazantes, el chico que estaba a su lado era mas alto, su cabello también era negro, el vampiro era realmente apuesto, al igual que la chica de pelo negro, la vampiresa que estaba a su lado era rubia, su cabello rizado era más corto que el de la otra, y era muy hermosa, el ultimo, un poco mas bajo que el otro vampiro tenia el cabello color castaño, al igual que los demás andaba descalzo, se detuvieron a cinco metros de donde estábamos nosotros, estaban sorprendidos de ver a mas vampiros de los que esperaban, observaron a todos, para fijar su mirada en mi, intente evitarla, pero era muy difícil.

-No esperaba más vampiros hoy- hablo el más alto de ellos- tu debes ser Tanya- dijo y me miro, yo me sobresalte, ¿conocía mi nombre?

-¿Qué es lo que quieren?- pregunte sin rodeos, no le pregunte lo de mi nombre, esperaba obtener respuesta de Edward.

-Y ustedes deben ser los Cullen- dijo mirando a Carlisle.

-¿Cómo es que sabes de nosotros?- le pregunto.

-Ustedes están en boca de todo el mundo vampirico, todos conocen de ustedes, y que son familia de los Denali- explico, estos vampiros conocían más de lo que pensábamos, y no se me pasaba la más minima idea de una explicación coherente para esto.

-Responde mi pregunta, ¿Qué es lo que quieren?- lo mire desafiante, y él solo sonrío.

-Tanya vete de aquí- me susurro Edward, tan bajo, que tuve que hacer un esfuerzo para escucharlo, negué con la cabeza- ¿Por qué?, no me iré- le dije mentalmente.

-Hazme caso- volvió a susurrar, y yo volví a negar con la cabeza.

-Lo que quiero, es solo una cosa- dijo y miro hacia atrás haciéndole señas a los otros tres, que salieron corriendo en varias direcciones al igual que él, mire a Edward y el parecía igual de confundido.

-Que rayos…-dije, pero no termine la oración, la voz de Emmett y Garret me hicieron callar.

-Vamos- le grito Emmett a Garret, y los dos salieron corriendo en la dirección en la que se había ido la vampira rubia.
-Emm, Garret, vuelvan acá- grite, pero ellos ya se habían ido.

-¿Qué es lo que intentan?- pregunto Jasper.

-Atacarnos en grupos pequeños, saben muy bien que no podrán contra once de nosotros, aun con sus dones- explico Edward.

-ya Emmett y Garret se dividieron, tendremos que hacer lo mismo- dijo Jasper.

-OK, Bella, Kate y Tanya, ustedes vienen conmigo-anuncio Edward, e hizo que lo siguiéramos, corrimos varios kilómetros, siguiendo el rastro del vampiro mas alto que se había ido hacia el noreste, seguimos su olor hasta otro pequeño claro, su aroma inundaba todo el lugar, él estaba ahí, pero se escondía.

-Esta aquí ¿no?- dije y Ed asintió, de repente me encontré sola en el claro, mire a todos lados y ni Bella, ni Kate ni Ed estaban por ningún lado, en mi mente quedaba un poquito de conciencia, para saber que estaba viendo una ilusión, intente sacar de mi mente al vampiro, pero no pude, hasta que escuche que me llamaban.

-¡Tanya!- grito Kate, yo sacudí mi cabeza, y me di cuenta de que estábamos siendo atacados por tres de los vampiros, me dispuse a correr pero la vampira de cabello negro se me atravesó entre mis amigos y yo, la mire de arriba á abajo y corrí hacia ella, demasiado rápido como para que reaccionara, la tome por la cintura y la lance, ella choco contra un árbol, haciendo que este se derribara por completo, la ignore y avance hacia donde estaban los demás, que ya habían provocado daños en los otros vampiros, para mi mala suerte huyeron.

-Son unos cobardes- dije, y los demás se rieron.

-Más bien yo diría astutos, enfrentarse a nosotros seria la estupidez más grande que pudieran cometer- comento Edward, y yo no pude evitar reírme.

-Regresemos- propuse, todos asintieron, y se dirigieron en la dirección hacia donde estaba el primer claro.
Todos, excepto Emmett y Garret estaban ahí, pero llegaron unos segundos después de nosotros.

-Acabamos con ella- dijo Emm riendo y chocando la mano con Garret.

-No fue fácil, pero lo hicimos- dijo, señalando la humareda que se levantaba, a lo lejos.

-¿Se fueron?- pregunto Carlisle.

-Si, pero regresaran- dijo Alice.

-Edward, ¿supiste que es lo que quieren?- le pregunte, y todos repararon su mirada en él.

-No mucho, Elisha, Carolina y Sebastian no sabían exactamente lo que hacían aquí.

-¿Así se llaman?- pregunte, él asintió.

-El más alto de ellos, el que habló, se llama Kevin, es el único que sabe, pero no pensaba mucho en eso, sabe que hay un vampiro que lee mentes, pero no sabe quien es.

-¿Qué es lo que pensaba el tal Kevin?- pregunto Carlisle, quitándome la palabra de la boca.

-No mucho, lo único que pensaba era en conseguir a Tanya de cualquier forma, al parecer solo trabaja para alguien un tal Friedrich- dijo y me miro expectante.

-¿Friedrich?, yo no conozco a nadie con ese nombre- dije, y me confundí mas aun de lo que ya estaba, ¿Quién es Friedrich?

-¿Conseguir a mi hermana?, explícate Edward- dijo Carmen.

-No se para que la quieren, solo se que para eso esta aquí- le dijo, ahora que me daba cuenta, yo tenia razón, y ellos no estaban aquí por simples tierras, por lo menos que me quisieran tenia más sentido, pero solo en el motivo. Todos me miraron, con preocupación.

-Volverán en pocos minutos, y con muchos más, además ahora están enojados porque mataron a la rubia-dijo Alice mirando a Emmett y a Garret- no solo vienen por Tanya, sino a acabar con el resto.

Me invadió la preocupación y el miedo, si ellos me querían a mi, no iba a dejar que lastimaran a mi familia.

-¿Tanya que vas a hacer?- me pregunto Edward al leer mis pensamientos.

-Lo que deba hacer, no dejare que ustedes salgan lastimados por mi causa.

-Eres nuestra familia, nosotros queremos ayudarte Tanya- me dijo Carlisle.

-Lo se y lo agradezco, pero en esto no, no dejare que los lastimen.

-¿Hermana que harás?- me pregunto Kate, pero yo no le respondí, el aroma de los tres vampiros y otros varios mas inundo mi nariz, y me voltee para encontrarme con un gran grupo de ellos a quince metros de nosotros, mi familia retomo posiciones de inmediato, yo avance y quede en la mitad de los dos grupos, el vampiro, el que correspondía al nombre de Kevin, me miro expectante.

-Si me quieres a mí, aquí estoy, pero a mi familia déjala en paz- solté, no sabía que era lo que estaba haciendo, pero no tenía mucho que perder, me conformaba con haber estado con Alec el tiempo suficiente, si debía abandonar este mundo, abandonarlo, no morir, porque muerta ya estaba hace muchos años; me sentiría feliz de irme, y lamentaba no haber cumplido la promesa que le hice a Kate, pero esto estaba fuera de mi control. Escuche como Kate y Carmen se alarmaban y avanzaban con paso sigiloso más cerca de mí.

-¿En serio?- me pregunto el vampiro, yo asentí.

-primero que se vallan ellos- dije señalando al resto de los vampiros que se encontraban detrás de él.

-¿Cómo se que no me mientes?- me pregunto.

-Te estoy hablando en serio, una Denali nunca incumple su palabra- le dije en tono totalmente serio, mi intención no era engañarlo, el me observo con detenimiento y les hizo señas a los otros para que se fueran, entre gruñidos y quejas lo hicieron y solo quedaron los tres vampiros, Kevin se acerco a mi e hizo que caminara hacia donde estaban los otros dos.

-¡Hermana!- grito Kate, no quería voltear, pero tuve que hacerlo, Garret la sostenía para que no saliera corriendo, al igual que Eleazar a Carmen, en sus rostros estaba reflejado el dolor, mire a cada uno de ellos, se debatían entre la pena y la confusión, mi mente se encontraba en blanco en ese momento, no sabía que hacer, decir o reaccionar, lo único que pensaba era en su bienestar y en Alec, el amor de mi existencia.