domingo, 31 de octubre de 2010

DECISIÓN

aqui esta el 9 cap espero les guste..=D ustds me inspiran a seguir escribiendo pabli sanz amoo tu novela ♥ 

DECISIÓN

Me quede en total shock, no sabia que responderle, se que lo que sentía por el era muy fuerte, pero tenia miedo de expandir mis sentimientos por completo, me quede ahí como una completa idiota, mirándolo, mi respiración era algo entre cortada, no sabia que hacer, le respondía o me quedaba ahí, o me iba o que…, se acerco a mi, me tomo de la mano y coloco la otra en mi mentón, estaba muy nerviosa-de nuevo-no supe que hacer.

-De verdad te amo, me enamore de ti, no se cuando ni como paso, solo se que te amo- me dijo.

Sentía que me derretía con lo que me decía, de verdad me amaba, me costaba hablar, no sabia que decirle, duré varios segundos en reaccionar, deje que mis acciones hablaran por mi, pase mis brazos por su cuello y lo besé, lo besé con amor, con pasión, con ternura, esperaba que entendiera mi respuesta pues no quería hablar en esos momentos, claro que lo amaba, y creo que la mejor forma de expresarle mi respuesta era de esa manera, siempre he escuchado que un beso en los labios, es la mas pura expresión de amor, y estando allí, junto a Alec, envuelta en sus brazos y en el en los míos, besándolo, era un momento mágico; todo a mi alrededor desapareció, todo en mi mente ya no estaba, solo estaba él y yo, solo nosotros.

-Tanya dime algo.

-¿Qué quieres que te diga?

-No se.

-Yo…también te amo, esto que siento cuando te tengo cerca, cuando me tocas, me siento viva de nuevo, tú haces que sienta mi corazón a mil por hora, haces que mi oscuridad se vuelva luz, te amo.

-Yo siento lo mismo y muchas otras cosas más contigo, me siento feliz, muy feliz.

-También estoy muy feliz, de todo lo que me esta sucediendo, de estar contigo.

Estuvimos tan sumidos en nosotros que no recordamos la conversación pendiente que tenia con mi familia, no quería pensar en su reacción ni en como les iba a explicar mi viaje, pero si sabia que me apoyarían, o eso esperaba yo, mis hermanas siempre han querido lo mejor para mi, y Eleazar y Garret también, y aunque estaba segura de que la idea les parecería un poco dolorosa la aceptarían, porque me aman, estuvimos demasiado tiempo afuera, tanto así, que Kate tuvo que salir a buscarnos.

Después de regresar a regañadientes a casa, estuvimos hablando, ni Alec ni yo mencionamos algo sobre nuestro cercano viaje, y mis hermanas no preguntaron otra vez cuanto tiempo iba a quedarse Alec, así que por los momentos no tenia problema alguno, pero tendría que decirles mañana, si Alec se iba en tres días no tenia mucha oportunidad para decir la verdad, y ocultarlo solo lo haría mas doloroso si les digo exactamente al momento de la partida, en toda la noche pensé en las mil formas de decirles que me iba pero todas acababan en lo mismo, yo indecisa entre irme o quedarme, tuve el mismo problema en Italia, la diferencia era que ahora yo sabia que Alec me amaba y yo a él, y estar separados no era una opción, también podría llevarme a todo el clan, pero la idea no era muy convincente tendría que consultarlo con ellos  con Alec, y no quería abusar, y la ultima y la que menos me gustaba era quedarme, estaría con mi familia pero estaría lejos de Alec, e igual sufriría. Podría decirles que me voy por cierto tiempo, seria algo temporal.
Por mas que lo intentaba me era muy difícil decirles, no podía rodear el tema y evadirlo para siempre, tenia que ser valiente y enfrentarlos. Decidí esperar hasta mañana, se los diría cuando estuvieran todos juntos.

-Hermanita tu quieres decir algo desde hace rato, lo noté, ya dilo- me dijo Kate.

Todos voltearon a verme, Alec se colocó a mi lado y me tomo de la mano, con él junto a mí, todo era posible, me sentía mucho mas fortalecida.

-Tienes razón Kate, esto no es fácil para mi…-me quede callada unos segundos después continué- como ustedes ya saben Alec no estará aquí por mucho tiempo, solo tres días, y pues el no puede quedarse aquí conmigo- me quede callada, no podía continuar hablando.

-¿Y que harán entonces?- pregunto Eleazar.

-Bueno pues yo…- mire a Alec, para que continuara, me costaba mucho decirlo.

-Tanya quiere irse a Italia conmigo- termino Alec.

-¿Qué?, pero…- dijo Carmen, la interrumpí.

-No me iré por mucho tiempo será algo temporal.

-Pero hermana, irte así, te extrañaré- Kate corrió a abrazarme- todo sea por tu felicidad, te quiero, ¿pero regresaras?

-Yo también te quiero hermana, por supuesto que volveré- todos se lanzaron a abrazarme, los extrañaría mucho, pero ahora debía irme, estar con el amor de mi existencia.

-Te extrañaremos mucho Tanya, ojala regreses pronto- dijo Garret.

-Gracias Garret, yo también los extrañare- no quería prometer nada, tenia presente que volvería, pero no sabría cuando, y no quería ilusionar a mi familia, pero tampoco quería ilusionarme yo, seguía teniendo dudas y miedos, y hasta que no estuviera completamente segura de Alec y yo, no dejaría de sentirme así.

-Me siento como un secuestrador en serie que intenta robarse a la hermosa chica y separarla de su familia.

-Alec no te sientas así, no me estas secuestrando yo quiero ir contigo, en este caso yo seria la sonsacadora- escuche su risa, era muy armoniosa, para mis oídos solo se escuchaba la de él, era increíble como hacia que me perdiera en su mirada, en su sonrisa, en sus ojos, y mis pensamientos volvían a cambiar, las dudas se disipaban, y me sentía segura de todo.

-¿Y cuando se van? ¿Mañana?- me pregunto Carmen.

-Hamm no lo se,-volteé a mirar a Alec- ¿Nos iremos mañana?

Lo pensó unos minutos antes de responder- Si, si tu quieres.

-¿Si yo quiero?, ya Alec dime.

-Si mañana- suspiro, seguía sin gustarle la idea de que dejara a mi familia, pero a la vez le gustaba porque sabía que me iría con él.

-Ay hermanita tan pronto- Kate hizo un puchero- te extrañare mucho.

-Y yo a ti, a todos, pero no me iré para siempre.

-Tengo una idea en vez de lamentarnos porque no aprovechamos el día antes de que se vallan- dijo Carmen.

-Me parece una estupenda idea hermanita.

-¿Y que haremos, fiesta?- pregunto Garret- le volteé los ojos y le saque la lengua, era un tontito.

-¿Qué fiesta, estas loco?

-Ja, ja, ja, OK. OK, no abra fiesta.
Alec solo sonreía, con esos hermosos dientes suyos, que resplandecían, era tan hermoso.

-Ey, Alec ¿y ese silencio?- pregunto Eleazar.

-Solo pienso.

-¿Y en que?- Eleazar levanto sus cejas dos veces, en gesto muy chistoso pero aun así se le veía muy bien.

-En Tanya- me miro y sonrío.

-Aaahh, que lindo, espero que no te quedes con mi hermana tanto tiempo- le dijo Kate, sacándole la lengua.

El se rió- Ammn, no puedo prometer nada- todos nos echamos a reír.

Pasamos el resto de la tarde hablando y riéndonos mucho, este era uno de esos momentos en los que me sentía realmente plena, demasiado feliz, la realidad que estaba viviendo ahora fue un sueño mucho tiempo antes, y era algo realmente placentero.
Estuvimos hablando hasta que a Garret se le ocurrió la idea de jugar kikimball, un juego de niñas pero igual divertido parecido al baseball, todos encantados por supuesto aceptamos, hicimos equipos de tres en mi equipo estaban Alec y Kate, y en el otro estaban Carmen, Eleazar y Garret.
Éramos pocos pero eso no justificaba que no pudiéramos jugar, lo habíamos hecho antes cuando solo eran mis hermanas y Eleazar, así que los números no fueron un problema, yo tome el puesto de lanzador y Alec y Kate estaban en las bases sobraba una pero eso no importaba, siendo vampiros podíamos llegar muy rápido a la base sin tener que estar otro ahí, Carmen, Eleazar y Garret les tocaba hacer carrera, pero obviamente no los dejaríamos, les haríamos out en un segundo.
Estuvimos jugando por horas, íbamos ganando cien carreras a noventa y siete, era demasiado divertido, abarcábamos unas cuarenta hectáreas, necesitábamos un espacio sumamente grande porque no era divertido correr en lugares pequeños, cerca de nuestra casa había un enorme claro, que era donde jugábamos casi siempre, llevábamos sesenta inings, gracias a nuestra condición podríamos haber jugado toda la vida sin cansarnos, pero nos hartamos de empatar y desempatar, al final siempre ganábamos nosotros, aunque Garret insistía en que hacíamos trampa.

Estuve tan sumida en todo lo que paso en el día, que había olvidado que mañana tendría que irme con Alec a Italia, la idea me encantaba, y estaba segura de que cuando estuviera allá la decisión de regresar iba a ser totalmente insignificante y nula, no sabia lo que me esperaba pero estaba segura de que me encantaría.

Italia era una experiencia única, que disfrutaría al lado de Alec, ahora que lo pienso bien, ¿donde nos quedaríamos? ¿Con los Vulturi?, ¿que pensaría Aro de que yo me quedara con ellos? ¿Y su hermana?, no la conocía pero esa chica tenia cara de dar miedo, no se que pensaría de mi, me preocupaba no agradarle, esa no era una buena forma de iniciar una relación- cayéndole mal a la familia de tu novio- pensé, esperaba que todo resultara bien, pero y si no, ¿Qué pasaría con nosotros?, ¿Alec se enfrentaría a su familia por mi?, no pretendía causar eso, me sentiría culpable, y no dejaría que lo hiciera, sin embargo, si no resultaba, algo iba a suceder, para bien o para mal.

Llego la noche, cada quien se fue con su cada cual, y nos dejaron a Alec y a mi solos, de cierta forma deseaba que lo hicieran, pero no quería alejarlos de mi, sabiendo que me iría, quizá se sentirían ofendidos, por eso no les dije absolutamente nada, pero ellos decidieron hacerlo por su cuenta, así que me ahorraron esa incomodidad. Por otro lado quería preguntarle a Alec lo que había pensado, pero no me atreví, me daba pánico esperar la respuesta que no deseaba oír, pensé entonces preguntarle mañana en el avión, pero tal vez no era el mejor lugar, debía afrontar que tenia que decírselo ahora, espere a que todos se fueran para poder hacerlo.

-Respiré profundo- ¿Alec que pensara Aro de que yo me vaya contigo?- las palabras me salieron enredadas y apresuradas, estaba nerviosa.

Su reacción fue algo que no me espere, no estaba sorprendido ni extrañado por la pregunta que le hice, al parecer estaba esperando que se lo preguntara- No lo se, el no lo sabe-

-¿y no tienes que decírselo?

-Si por supuesto, pero estoy seguro de que Aro no tendrá problema con que estés conmigo, el me va a comprender, sabrá que te amo.
Le sonreí, mostrando mis dientes blancos, adoraba que me dijera esa linda y pequeña frase.

-Te amo Alec, gracias por hacerme sentir así- lo abrase y el secundo mi abrazo, confiaba en el, y si decía que Aro me aceptaría, debía creerle-Yo también, y mucho- me dijo al oído, sentí que los minutos no pasaron cuando estaba abrazada con el, me sentía envuelta en un aura llena de amor, salimos a la parte delantera de la casa, y nos sentamos detrás de un gran pino, me recosté en su regazo, y el acaricio mi cabello, mis rizos color fresa caían por mi rostro, Alec pasaba sus dedos por ellos para recogerlos, acariciando también mi rostro, ninguno de los dos dijo una palabra.
Me gire para quedar boca arriba, contemple su rostro, miraba hacia la infinita oscuridad que nos rodeaba.

-¿En que piensas?- le pregunte.

-En ti y en mi, juntos- sus ojos seguían fijos en el infinito, pero giro su cabeza para mirarme, en sus ojos podía ver que anhelaba tanto como yo ese futuro, estire mi mano para acariciar su mejilla, el serró los ojos al sentir mi contacto.

-Eso es lo que mas anhelo, con todo mi ser, estar juntos siempre tu y yo.

Alec seguía con los ojos cerrados, me levante para poder quedar de frente, me acerque hasta quedar a pocos centímetros de el, lo mire fijamente, degustándome con sus perfectos rasgos, Alec abrió los ojos, e hizo lo mismo conmigo, sentía su respiración, su aliento rozando mi cara, era sumamente dulce y calido a mi piel, se acerco a mi y poso sus labios en mi frente, luego en la punta de mi nariz y después en los labios, sumergiéndose en ese beso suave y tierno, enrede mis manos en su cabello castaño, tan suave como la pluma, el paso sus manos por mi cuello, sujetándome hacia él, en ese momento tuve una nueva sensación, ansiaba con todas mis fuerzas que Alec me poseyera, estar con el y ser suya para siempre, pero recordé  el lugar en el que estaba, y a regañadientes me separe de el.

-¿A que hora nos iremos mañana?- quise hablar antes de que el fuera a mencionar algo, aun seguíamos demasiado cerca.

-Al medio día, para llegar en la madrugada- se detuvo peor unos segundos luego dijo: amor si no quieres hacerlo, no lo hagas, no te sientas obligada a venir conmigo.

-Ya te lo he dicho, no es obligación, te amo, y quiero estar a tu lado- me dio un pequeño besito en los labios, me levante y extendí mi mano para que lo hiciera también, la tomo y se puso de pie, se que no era necesario pero de todos modos quise hacerlo, entrelazo nuestros dedos, y caminamos por lo alrededores.

Estuvimos afuera toda la noche hacia un frío polar extremo, pero a nosotros eso no nos importaba, sin embargo mi ropa estaba de acuerdo al clima, la del no tanto pero cualquiera que nos hubiera visto no notaria nada extraño, pero por supuesto ningún humano estaría por ahí.

Vimos el alba, y se formo una aurora boreal, solo a nuestra aguda vista, un humano no la hubiera visto, los colores eran muy tenues y diversos, habían colores que no figuraban en el saber humano, ni siquiera yo sabia su nombre, pero eran espectacularmente hermosos y embriagadores, deslumbraban, hoy era un día diferente, el sol salio, y resplandeció en nuestros cuerpos, si Alec era hermoso, así brillando como un diamante era todo un espectáculo muy digno de ver.

-Eres muy lindo- le dije acentuando la palabra lindo, como algo realmente cierto.

-Tú también lo eres, eres más que linda, totalmente hermosa.

Le sonreí, y baje la mirada, me gustaba sentir el sol en mi piel, hacia mucho que no me paraba delante del sol para sentir su calor, fue muy delicioso. No quería regresar, pero teníamos que hacerlo para poder llegar a tiempo ya después tendría tiempo de sobra para estar con Alec.

Llegamos en tiempo record, y ya mis hermanas estaban listas para despedirme, fue algo emotivo, no quería separarme de ellas, pero sabía que no era para siempre, y que deseaba estar en otro lugar, con otra persona, me acompañaron al aeropuerto, no nos preocupamos en comprar los boletos un pequeño soborno y los tendríamos a la hora que quisiéramos, la chica de la recepción que vendía los boletos quedo impactada al ver a Alec, incluso podría decir que híper ventilaba cuando le dijo de una forma tan sosegada y dulce que le vendiera los boletos para el medio día, la chica de menos de veinticinco años hizo lo que Alec le dijo, me dio un poco de celos, el modo en el que se lo dijo, pero sabia que era algo estupido, porque Alec solo trataba de encantarla para que hiciera lo que le pidiera, de todos modos Alec le dio una gran cantidad de dinero, mucha mas de la que costaban los pasajes de avión, esperamos unas cuantas horas hasta que anunciaron por la bocina que el vuelo de las doce estaba por salir, nuestro vuelo era primera clase, con asientos comprados, quedamos uno al lado del otro, me recosté en su hombro y cerré los ojos, cualquier humano habría pensado que estaba dormida y al ver nuestra cercanía me imagino que se dieron cuenta de que somos novios.

Cuando faltaban pocas horas para aterrizar me invadió el pánico, tuve esa sensación que se tiene en el estomago cuando se esta nervioso, todo producto de mi loca imaginación, pero igual tenia nervios, Alec se dio cuenta, era como si nuestras emociones estuvieran conectadas, a través de mis ojos el podía saber lo que sentía.

-No estés nerviosa mi amor.

- No es fácil, me siento aterrada de saber lo que dirá tu familia.

-Te aceptaran, no pienses en eso.

Me acurruque en su pecho, con el me sentía segura, Alec me rodeo con sus brazos, si estaba con el era capaz de enfrentarme al mundo entero, a el mundo entero menos a los Vulturi, seguía temiéndoles, aunque me sentía extraña porque Alec era un Vulturi pero a el no le temía, lo amaba, quizá después de que conociera a los demás vería que no son tan aterradores como aparentan.

Llegamos al aeropuerto de Italia en la madrugada, tal y como lo habíamos planeado, llegamos a Volterra solo un par de horas después, cada momento en que me acercaba mas al enorme castillo, sentía que mi corazón latía, latía con fuerza, de nuevo mi mente jugando sucio conmigo, Alec abrió la gran puerta de la entrada principal, y sentí el ultimo palpitar loco de mi corazón en mi mente asustado de lo que sucedería.

Al entrar todo estaba absolutamente normal, reconocí varias caras que vi en la fiesta, como la de la recepcionista Gianna, y mientras Alec me conducía hasta donde estaba Aro vi a Santiago.

-Hola Alec, ¿Tanya?

-Hola Santiago, ¿Cómo estas?

-Yo bien ¿y tu…? Alec bien guardadito te lo tenías ¿no?

Alec se carcajeó con una risa grácil- Hamm podría decirse que si, pero ya es oficial.

-¿Y que te dijo Aro cuando lo supo?

-Aún no lo sabe, pero lo sabrá pronto.

Santiago solo asintió, con una mirada de duda en su rostro, yo esperaba que esa mirada no fuera de duda hacia lo que Alec dijo: que Aro lo admitirá.

Caminamos sin detenernos hasta una puerta adornada tipo gótico, abrió las dos puertas, y ahí estaban los tres Vulturi, los que yo temía encontrarme, para mi sorpresa y al parecer la de Alec, las esposas estaban allí, me dio mas miedo aún, Sulpicia y Athenodora era encantadoras, pero no se que opinarían de que Alec y yo estemos juntos.

-Alec mi querido, volviste- le dijo Aro con voz amigable- y no viniste solo, Tanya, no esperaba verte por aquí tan pronto, ¿Cómo estas?- se dirigió a mi.

-Hola Aro- conteste casi en un hilo de voz, me aclare la garganta- muy bien gracias.

-Hola maestro- saludo Alec- esposas, Marco Cayo- hizo un pequeño gesto de reverencia con la cabeza, por lo que vi Alec era muy respetuoso con ellos.

-Acércate Alec- el se acerco llevándome de la mano, no quería soltarme y yo tampoco quería que lo hiciera.
Aro extendió su mano, me imagine que usaría su don para saber lo que Alec pensó, pensaba y piensa y sobre que hago yo aquí, aunque claro que eso el ya lo sabia, era algo muy obvio.
Alec coloco su mano sobre la de Aro y este la envolvió con sus dos manos, y vio todo lo que el había hecho conmigo, lo que había sentido, por un momento me dio algo de vergüenza, Aro vería lo que yo le había preguntado sobre el, pero ya no me importaba, después de un minuto le soltó la mano.

-Maravilloso, ¿así que eso es lo que deseas?

-Si, maestro, eso es lo que deseo, la amo y quiero estar a su lado.

-¿Qué sucede Aro?- pregunto Cayo.
-Nuestro querido Alec ha encontrado el amor, con esta linda vampiresa.

Durante toda la conversación me quede tiesa, tenia miedo de moverme, de hablar siquiera.

-¿En serio?- pregunto asombrado, parecía estupefacto, pero no tenia cara de que no le agradara.

-Si, Cayo- le respondió Aro.
Mire a Alec, el parecía igual de nervioso que yo, pero no entendí porque. El tampoco dijo una palabra.

-Guao, Alec, felicidades- le dijo Sulpicia.

-¿Y cuanto tiempo se quedara Tanya con nosotros?- pregunto Marco mirándome, no planeaba responderle, por suerte Aro lo hizo.

-El tiempo que deseé- dijo Aro con una sonrisa.

-¿Eso significa que puede quedarse?- le pregunto Alec con un tono alegre.

-Claro que si- le respondió Aro.

-Bienvenida, Tanya- me dijo Cayo.

-Gracias.

-OH, no tienes nada que agradecer Tanya, sabes que eres bienvenida a nuestro hogar- me dijo Aro extendiendo su mano para que le diera la mía, eso hice y Aro vio todos y cada uno de mis pensamientos, mis miedos, mis sentimientos, cuanto amaba a Alec, todo, sonrío placidamente.

-Veo que se aman, gracias a ti Tanya- me dijo con un gran gesto de gratitud, me sorprendió mucho esta situación, hace no mucho yo odiaba y temía de los Vulturi, y ahora estaba empezando a formar parte de su familia, la vida da muchos giros inesperados, ahora amaba a uno de ellos con toda mi alma.

-¿Dónde esta mi hermana?

-Jane, esta con Felix y Demetri, vienen en un momento- le respondió Marco.

Como lo había dicho, Jane, Felix y Demetri entraron unos segundos después, había pasado la prueba con Aro, pero su hermana era otra cosa, apenas entro corrió a saludar a su hermano.

-Alec- Grito, y corrió a abrazarlo, le dio un gran beso en la mejilla y Alec le dio otro.

-Jane, hermana.

-Te extrañe, ¿Dónde estabas?
Miro a todos los presentes y por ultimo reparo su mirada en mí, me miro extrañada pero no me fulmino con la mirada como pensé que haría.

-¿Qué hace ella aquí?- pregunto a la defensiva, me equivoque.

-Tranquila Jane, Tanya esta aquí porque se quedara con Alec- le dijo Aro.

-¿Con Alec?, ¿A que se refiere maestro?

-A que tu hermano se enamoro de ella- le dijo Aro sonriendo, parecía feliz de que Alec estuviera conmigo.

Jane abrió los ojos como platos, y miro a su hermano, con cara incrédula, Felix y Demetri también se sorprendieron, pero no tanto como Jane.

-¿Es en serio hermano?

-Si Jane, la amo, y quisiera que la aceptaras.

Jane pasaba la mirada de Alec a mí, no dije una sola palabra mientras ella pensaba, tenia miedo de que no me aceptara, después de todo era la hermana de Alec, no quería que me odiara o algo parecido.

-Bueno Alec si tú la amas, bienvenida Tanya- me dijo con una sonrisa angelical, se veía mucho más hermosa cuando sonreía de esa forma.

-Gracias, Jane- le dije sonriendo, era un momento incomodo, pero el que me aceptaran lo hizo mas confortable, me acerque a Alec y me sitúe junto a él, me tomo de la mano, y la llevo arriba para besarla.

-Increíble Alec, así que era cierto- le dijo Felix, con una risita sofocada.
Alec asintió, y le sonrío felizmente a Felix.

-Te lo dije Felix- le replico Demetri.

-Así que ustedes sabían, y no me dijeron- dijo Jane volteando a mirarlos.

Felix y Demetri negaron con la cabeza- No- dijeron al unísono, si que le tenían miedo a Jane.
Alec se carcajeo de nuevo, sonaba feliz de estar con su familia.

-Bueno ya chicos, compórtense, Alec lleva a Tanya a conocer el resto del castillo- dijo Aro con tono apremiante.

-Si maestro- le respondió Alec- ven Tanya acompáñame.

Lo seguí, deseando salir rápido de ahí,  Alec me guío por un largo pasadizo, llevaba mi mano entrelazada con la suya, el pasadizo era algo oscuro, pero sin embargo yo podía verlo con claridad.

-¿Qué te pareció mi familia?- me pregunto en tono juguetón.

-me pareció mas amable de lo que pensé, creí por un momento que tu hermana me mataría.
Alec se rió.

-No haría eso, ella podrá ser algo intimidante pero, es una buena chica.

-Gracias Alec.

-¿Por qué?

-Por dejarme estar a tu lado, por amarme.

Nos detuvimos en mitad del pasillo, Alec quedo frente a mí, y con su mano libre tomo mi mentón.

-No tienes porque agradecerme, yo te amo Tanya.

-Yo también te amo- estuvimos mirándonos en el pasillo muy cerca el uno del otro, escuche unos pasos acercándose, pero no me importo, y a Alec tampoco, sin embargo tuvimos que seguir antes de que llegara, me guío hasta la parte mas alta la azotea, había un sol de mañana, pero como estábamos arriba nadie nos vería.

-Este es uno de los lugares mas bonitos del castillo, desde aquí puedes ver toda Volterra- me dijo Alec.

En verdad era un sitio hermoso, se veía la ciudad totalmente.

-Es un lugar espectacular.

-En la noche te mostrare mi lugar especial, así como el tuyo- me dijo sonriendo, yo le respondí con otra sonrisa.

Bajamos, esta vez a la parte de la biblioteca, -que no se para que la tenían-, llena de libros hasta decir basta, de miles de años, que los historiadores matarían por poseer, me mostró los retratos de Aro, Marco y Cayo, y en algunos de ellos pude reconocer a Carlisle, algunas habitaciones, que estaban por ahí, el castillo era enorme, por ultimo fuimos al salón de baile, que yo ya conocía, era uno de los sitios que me gustaba mas, pues ahí lo había visto por primera vez, entrar allí, me hizo recordar esa noche, la primera vez que nos conocimos.

-Te prometo que la próxima vez que bailemos no me iré- me dijo con una bella sonrisa en su rostro.

-Eso espero- le sonreí, y me reí.

-Tienes una hermosa sonrisa.

-Gracias.
Este era uno de los momentos en los estaba muy feliz, Aro Jane y los demás me habían aceptado, y ahora estaba con lo que mas quería en el mundo, Alec Vulturi.

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